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Mercedes Acosta,la poeta solapada por sus amoríos con Greta Garbo o Marlene Diectrich
Eva Le Gallienne, Isadora Duncan, Marlene Dietrich, Greta Garbo... Todas ellas, y más, cayeron rendidas ante Mercedes de Acosta, polifacética artista hispana que enamoró abiertamente a mujeres hace un siglo, pero también a Nueva York y a Hollywood, aunque sus amoríos empañaran su producción artística.
Y es que los nombres de las ilustres amantes de Mercedes de Acosta (Nueva York, 1893-1968), que al final de su vida renegarían de ella, son más conocidos que los títulos de sus poemas, libretos teatrales, guiones de cine o novelas, auténtico legado de la hispana que ha quedado ensombrecido por sus líos de faldas.
Nacida en el seno de una acaudalada familia cubano-española, De Acosta, “socialité” orgullosa de sus raíces hispanas, renace ahora con el volumen “Imposeída” (Torremozas), un compendio de 55 poemas que llega a España en edición bilingüe en inglés y castellano.
Se trata de la primera publicación y traducción de la poesía de la poeta en España, aquella tierra sobre la que De Acosta, que se definía como “una española de pura sangre”, dejó por escrito su deseo de “regresar”.
“(...) a mi tierra. / Tierra de España. Tierra triste y mágica. Lugar de corazones cálidos, cabellos y ojos oscuros”, escribía De Acosta en un poema hallado entre sus papeles y recogido por Robert A. Schanke en la biografía “That Furious Lesbian. The Story of Mercedes de Acosta” (2003).
La producción poética de De Acosta fue breve, intensa y con un punto y final de cara al público.
Tan solo publicó tres poemarios, en un periodo de tres años: “Moods” (1919), “Archways of Life” (1921) y “Streets and Shadows” (1922), donde la autora plasmó, entre temas íntimos y sociales, la experiencia urbana y homoafectiva de una época turbulenta y transgresora.
También publicó algunos poemas en la revista “Poetry”, junto a plumas como las de William Carlos Williams, Edgar Lee Masters o Mary Austin, y fue precisamente en esa publicación donde De Acosta se despidió, al menos públicamente, de la poesía.
Tras lanzar sus tres volúmenes, “Poetry” publicó los poemas “Spring sounds” y “Offering” (1925), además de “In New Mexico” (1931), su último poema original publicado en vida.
Los autores de la selección y traducción de “Imposeída”, Carlota Caulfield y Jesús J. Barquet, recogen en el prólogo del volumen las razones de la autora, que sintió que “ya había demasiados poetas menores en el mundo”: “decidí escribir poemas para mí misma, pero nunca más para publicarlos”.
Un abrupto punto y final en la creación de una autora a la que la crítica barruntaba un prometedor futuro, y que también desarrolló su carrera en el ámbito teatral de Broadway -de allí son sus relaciones sentimentales con Maude Adams, Alla Nazimova, Katherine Cornell, Isadora Duncan y Eva Le Gallienne- y en la industria del cine de Hollywood, donde enamoró a Greta Garbo, Marlene Dietrich y Ona Munson.
Esos amoríos los narraría en la autobiografía “Here Lies the Heart” (1960), la última obra significativa de De Acosta, que, tocada por una creciente penuria económica, sentenció su reputación dando nombres y apellidos del trasfondo homosexual y bisexual de la “socialité” estadounidense y europea de la época.
Renegada por sus amantes y autoexpuesta por esa biografía, murió a los 75 años pobre y olvidada, y sus restos descansan en el Trinity Church Cemetery and Mausoleum de Nueva York.
Ha tenido que llegar 2018, el año en el que se cumplen 125 años del nacimiento y 50 años del fallecimiento de De Acosta, para que la artista sea publicada en España, después de que los autores publicasen en 2016 en Nuevo México y en 2017 en Cuba este tomo en el que, ahora, añaden nueve poemas.
Se trata de un “homenaje a una poeta hispana de los Estados Unidos cuya vida privada -a saber, sus vínculos personales con mujeres extraordinarias- sobrepasó en el interés público a su obra poética, aunque esta o parte de esta, como las referidas a la experiencia urbana moderna y a la homoafectividad, pueden despertar hoy en día una atracción especial”, explican los autores en el volumen.
Feminista, transgresora, siempre con vestimentas masculinas y con frases tan lapidarias como “¿Quién de nosotros pertenece a un solo sexo? Yo, a veces, me siento andrógina”, De Acosta podrá leerse ahora en su lengua materna, con poemas como “Flores y estrellas”.
“Estrellas de la tierra son las flores / y son flores del cielo las estrellas, / pero en mi alma tú eres las dos cosas: / flores y estrellas hasta que yo muera”, escribía De Acosta al final de su segundo poemario.
Pepi Cardenete
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