La polémica reforma de las pensiones de Macron supera la votación del Senado
El Senado francés ha aprobado a última hora del sábado el polémico proyecto de la reforma de pensiones impulsado por el Gobierno de Emmanuel Macron, a pesar del fuerte descontento popular, que vivía un nuevo capítulo con la séptima jornada de movilizaciones nacionales convocadas por los sindicatos.
El texto se ha debatido además por un procedimiento acelerado activado por el Ejecutivo para esquivar numerosas enmiendas interpuestas por la oposición para entorpecer el debate, recibió el respaldo de 195 senadores y 112 votos en contra.
Las primeras reacciones del Gobierno celebrando la decisión no se han hecho esperar. Solo unos minutos después de la votación, la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ha celebrado el “paso decisivo” hacia una reforma que “garantizará el futuro” de las pensiones francesas. “Estamos totalmente comprometidos para permitir una adopción definitiva en los próximos días”, remarcó Borne a través de un mensaje en Twitter.
“Una jornada negra para los asalariados”
El bloque macronista se benefició del posicionamiento a favor de los conservadores de Los Republicanos, cuyo jefe de filas, Bruno Retailleau, ha defendido esta reforma del sistema de jubilaciones como algo imperativo para salvarlo del “shock demográfico” que la evolución de la población provocará en los próximos años.
“El principal acto de solidaridad es garantizar el equilibrio del sistema”, había defendido antes en el Senado el ministro de Trabajo francés, Olivier Dussopt.
En el campo contrario, la senadora socialista Monique Lubin aseguró en su último turno de palabra que este sábado permanecerá como una “jornada negra para todos los asalariados” del país.
El texto de la reforma de las pensiones se debatirá el día 15 de marzo en comisión mixta paritaria para acordar una versión común que deberá ser luego validada, a partir del 16 de marzo, por ambas cámaras.
En la Asamblea Nacional, que anteriormente no llegó a votar el proyecto completo en primera lectura, el resultado se prevé ajustado. El voto definitivo llegará como pronto ese mismo día y el plazo máximo abarca hasta el 26 de marzo.
El principal eje de la reforma que promueve Macron es retrasar la edad mínima de jubilación dos años, de los 62 años actuales a los 64. El Gobierno defiende estos cambios como la única vía factible para garantizar el equilibrio financiero del sistema para 2030. Macron estima que si no se hiciera nada, Francia acumulará en una decena de años un déficit de cerca de 150.000 millones de euros.
Las manifestaciones continúan
El debate de este sábado se ha celebrado mientras miles de franceses protestaban en las calles contra la reforma, convocados por el conjunto de los sindicatos, que la rechazan frontalmente.
Se trata de la séptima jornada de movilizaciones desde que el Ejecutivo desveló los detalles del proyecto el pasado mes de enero, aunque contó con menos seguimiento que en otras ocasiones.
Los líderes sindicales han asegurado que el rechazo de los franceses a la reforma es “más que absoluto” —las encuestas muestran que la gran mayoría de los ciudadanos están en contra— y han desafiado al presidente a convocar una consulta.
“¿Qué más hay que hacer?”, se preguntó Philippe Martínez, líder del sindicato de la Confederación General del Trabajo (CGT), desde la cabecera de la manifestación que ha recorrido París este sábado, desde la Plaza de la República hasta la de la Nación.
Las protestas se han repetido por todo el país, acompañadas de los paros y piquetes cuyos efectos se han notado durante toda la semana —especialmente desde el día 7, cuando se dio la última gran jornada de manifestaciones nacionales— en sectores como el transporte público, el tráfico aéreo, el energético y la recogida de basuras, que se acumulan en las calles de ciudades como París desde hace días.
Los sindicatos han querido dejar claro este sábado que el malestar popular ante la reforma persiste, pero las manifestaciones fueron menos concurridas que en otras ocasiones. De acuerdo con la CGT, en París se han manifestado 300.000 personas, 200.000 menos que la última vez que se habían convocado protestas en sábado, el pasado 11 de febrero.
El Ministerio de Interior ha rebajado la participación de la jornada a 48.000 personas en la capital y ha cifrado en 368.000 los manifestantes a nivel nacional. Esta último dato, para los sindicatos, superó el millón.
“Hoy la única cosa que podemos decir es: si (Macron) está tan seguro de sí mismo, que consulte a los franceses”, ha dicho el líder de la CGT, en respuesta a la postura inamovible adoptada por el presidente francés frente a los reclamos de los sindicatos, que esta semana habían pedido, sin éxito, ser recibidos en el Elíseo.
Las organizaciones han convocado una nueva jornada de protesta el próximo miércoles, coincidiendo con el debate de la ley en la comisión mixta paritaria del parlamento francés.
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