El Ayuntamiento mide el ruido de Ponzano para decidir si aprueba o no una ZPAE
El ruido en Ponzano está bajo la lupa del Ayuntamiento. Desde el pasado mes de septiembre, técnicos municipales miden los niveles acústicos que soportan los vecinos de esta concurrida calle del barrio de Ríos Rosas que en los últimos tiempos ha visto cómo desaparecía buena parte de su comercio tradicional para ser sustituido por bares y restaurantes, polos de atracción de numeroso público a lo largo de toda la semana, especialmente por las noches.
La campaña de mediciones, que también se extiende al barrio de Trafalgar, ha finalizado en 11 puntos, pero se va a extender a otros lugares para completar un mapa sonoro del entorno de esta calle y de su entorno, para ver si los resultados permiten poner en marcha la Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), informan a Somos Chamberí fuentes municipales. Todos estos informes son necesarios a la hora de validar la implantación de la ZPAE, es una herramienta municipal para frenar la implantación de actividades alrededor de las que se genera ruido y limitar los horarios de funcionamiento de bares y restaurantes por la noche.
Hasta que se analicen estos informes se quedará en suspenso la inciativa del PSOE presentada al pleno de la Junta de Chamberí este lunes, en la que pedía el establecimiento de una Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) para el triángulo que forman las calles Alonso Cano, Santa Engracia y Raimundo Fernández Villaverde. Fuentes socialistas muestran su preocupación por el monocultivo hostelero de la zona e indican a este periódico que la calle “está totalmente fuera de control”
El PP se mostró en el Pleno de Chamberí a favor de esperar a las mediciones del Ayuntamiento y retiró del orden del día su proposición sobre la calle, en la que reclamaba más promoción para los locales de hostelería de Ponzano, una medida que había sido criticada previamente por vecinos de la zona. Su portavoz, Pedro Corral, se defendió indicando que lo que pretendía la iniciativa era “diversificar horarios”.
Vecinos, hartos del ruido: “Al final nos han echado”
“En este último año se han debido abrir unos diez bares nuevos”, cuenta una vecina de la calle, Isabel Muñoz, que publicó una carta en Somos Chamberí en marzo de 2018 denunciando la situación. “El bar que hay bajo nuestra vivienda sigue en las mismas condiciones: hasta las 2.30 soportando golpes, ruidos, un reservado y una mala educación de no respetar a los vecinos”, se queja. Además, cuando baja a la calle explica que “es imposible andar: hay cristales de botellas, vómitos, gente alcoholizada que está en medio de la calle y hay que estar cruzando de acera. Esto es los siete días de la semana”.
Isabel, chamberilera de toda la vida, también explica que agentes de la policía local han acudido a practicar mediciones de ruido en su casa, pero su situación no se ha solucionado: “Es una impotencia enorme” -explica a este periódico- “Me encantaba mi barrio, pero mi familia y yo hemos decidido irnos fuera de Madrid. Por salud. Al final nos han echado. No miran por los vecinos”.
Otros habitantes de la calle se quejan del abundante tráfico que soporta esta vía de un carril, en la que es habitual la doble fila y el sonido de los claxon cuando cae la noche. Además, algunos conductores que acuden a la zona tampoco respetan las plazas reservadas a personas de movilidad reducida, denuncia Vito en varias publicaciones en redes sociales. Las motos aparcadas de forma indebida son otro de los problemas que presenta la calle.
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