Los cines Paz echan el cierre temporal por el coronavirus
Los cines Paz han dejado de proyectar películas en la calle Fuencarral. Lo hacen debido a las nuevas restricciones impuestas por el confinamiento de Madrid y porque ven que la taquilla no remonta semana a semana, lo que hace peligrar el futuro de esta sala que lleva abierta en la calle Fuencarral desde hace casi 77 años.
“No podemos seguir sin vosotros. Volveremos cuando todo mejore” rezan los carteles colocados en la entrada del local. El cierre, adelantado por El Confidencial, es el segundo del año después de el que llegó por decreto en el confinamiento de marzo. Luego, con el verano, volvieron las sesiones pero no todos sus clientes habituales: “Llevábamos unas semanas viendo que la recaudación no subía. Son cifras del sector en general, y estamos en la media, pero no podíamos estirar mucho más. Además, hoy vuelven a cambiar las restricciones y no mejoran las normativas ni los hábitos del público”, explica Carolina Góngora, una de sus responsables, a este medio.
A diferencia de muchas de las salas que quedan en Madrid, los cines Paz son un negocio familiar que tiene vocación de futuro. Carolina forma parte de la tercera generación de una estirpe dedicada a este negocio desde hace décadas y que adquirió el local en el año 1978, como parte de un pequeño imperio del celuloide que llegó a formar su abuelo, Maximiliano García Álvarez, con hasta 14 salas en la ciudad. Ahora lo dirige su hermano mayor, Mariano Góngora, que recibió el testigo de su padre, ya fallecido.
«Grandes multinacionales nos llaman a la puerta y vemos muchos cierres alrededor, pero lo nuestro sigue funcionando, el cine es nuestra pasión y tenemos casi la obligación moral de continuar y de seguir ofreciendo al público madrileño una oferta cultural como esta», contaba a Somos Chamberí la propia Carolina Góngora hace dos años, durante la celebración de su 75 aniversario.
Hace varios años acometieron una importante reforma para adaptar y digitalizar sus proyecciones y en los últimos tiempos han probado exitosas vías de negocio, como la proyección de óperas, la apertura a un público más joven, apostando por títulos de autor como Parásitos y dejando entrar la versión original.
El local ahora depende de la evolución de la pandemia y de las ayudas a la industria que llegan del Ayuntamiento, del Estado y de Europacinema. Aseguran que volverán a abrir cuando vuelva la normalidad mientras ven cómo a su lado, en los antiguos locales de los cines Roxy, se construye un supermercado. De momento, han dejado en sus carteles una enigmática frase de la película Lawrence de Arabia: “Las ilusiones pueden ser muy poderosas”
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