La celebración de la flebitis y el constitucionalismo del PP

En el Partido Popular andan alborotados desde que el presidente del gobierno anunció que se celebrarían, en 2025, actos conmemorativos de los “50 años de libertad”, en referencia tácita a que este año se conmemora el 50º aniversario de la muerte del general Franco, caudillo y dictador de España “por la desgracia de Dios”. Hasta han acuñado términos sarcásticos, como el “francaño”, al que recurre, a menudo, nuestra inefable presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso

Una reciente ocurrencia fue la de Miguel Tellado, ese gallego dado a los exabruptos, que ejerce de portavoz del grupo parlamentario del PP en el Congreso, quien, para mofarse del primer acto de celebración previsto en enero, tiró de ironía chusca: “Cualquiera recordará que Franco murió en la cama un 20 de noviembre de 1975. No sé qué se celebra en enero del 2025. Supongo que la flebitis que padecía”, añadiendo que: “Nosotros no le vamos a seguir el juego. Nosotros somos más de celebrar la Constitución. La Constitución que trajo la democracia a España. Y esa se conmemora cada 6 de diciembre”

Habría que decirle al Sr. Tellado y, por extensión, a su jefe, el Sr. Feijóo y a todos los dirigentes y otros personajes significados del Partido Popular, como, por ejemplo, Aznar, eminente constitucionalista donde los haya, algunas cosillas:

No es de extrañar que a estos del PP les provoque ardor de estómago que se celebre la muerte de Franco, toda vez que el partido del que proceden, Alianza Popular, se fundó, en 1976, por los llamados “7 magníficos”, todos exministros de Franco, con el objetivo esencial de dar cobertura y continuidad al llamado “franquismo sociológico”. Sus fundadores se consideraban los depositarios y portadores del legado del dictador en la nueva etapa democrática en la que iba a adentrarse nuestro país. De hecho, en el congreso fundacional del partido, los más de 3.000 congresistas asistentes corearon, con entusiasmo, gritos de “Franco, Franco, Franco”, tal como reflejó la prensa de la época.

En cuanto a su inquebrantable constitucionalismo, hay que recordarles a los “populares” (del partido, no del pueblo) que los fundadores de Alianza Popular no querían una Constitución democrática; pretendían que el legado dictatorial del franquismo fuera el marco para el ordenamiento jurídico del régimen democrático. De hecho, durante la votación de la Constitución, en la sesión plenaria del Congreso y el Senado del 31 de octubre de 1978, hubo solo hubo 6 votos en contra: 1 de Euskadiko Ezkerra y 5 de Alianza Popular, tres de los cuales fueron de fundadores del partido: Gonzalo Fernández de la Mora, Federico Silva Muñoz y Gregorio López Bravo.

No solo eso, sino que José María Aznar, el que fuera designado presidente del Partido Popular pocos meses después de la “refundación” de Alianza Popular, en 1989, en el actual partido, no solo votó en contra de la Constitución en el referéndum del 6 de diciembre de 1978, según confesión propia, sino que, dos meses más tarde, en febrero de 1979, publicó un artículo en “La Nueva Rioja” en el que rajaba abiertamente contra la Carta Magna con párrafos como este:

“Tal como está redactada la Constitución, los españoles no sabemos si nuestra economía va a ser de libre mercado o, por el contrario, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes, si vamos a poder escoger libremente la enseñanza que queremos dar a nuestros hijos o nos encaminamos hacia la escuela única, si el derecho a la vida va a ser eficazmente protegido, si el desarrollo de las autonomías va a realizarse con criterios de unidad y solidaridad o prevalecerán las tendencias gravemente disolventes agazapadas en el término 'nacionalidades'...”.

Para terminar, y sobre la “celebración de la flebitis”, conviene recordar, por ejemplo, que el 5º Centenario del Descubrimiento de América se celebró con un buen número de actos a lo largo del año 1992, muchos de los cuales fueron anteriores al 12 de octubre, fecha del descubrimiento (algunos en 1991). Tampoco vamos a decir, como dijo Tellado, una estupidez semejante a la de la flebitis, como por ejemplo, que esos actos 5º Centenario anteriores al 12 de octubre celebraban, tal vez, el cambio de camisa de Isabel la Católica el 2 de enero de 1492, ya que, según la leyenda, la reina prometió no cambiársela hasta que se tomara Granada.