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Opinión - ¡Nos comerán! Por Esther Palomera

Pedro Sánchez y Susana Díaz abren un diálogo directo para evitar otro choque de trenes entre el PSOE federal y el andaluz

Susana Díaz junto a Pedro Sánchez en Moncloa, en una imagen de archivo.

Daniel Cela / Irene Castro

Tres elecciones consecutivas después, Pedro Sánchez ha recibido a Susana Díaz en la Moncloa para abordar el futuro del PSOE de Andalucía en un escenario político muy abierto. Es la líder de la federación andaluza, todavía la más numerosa del partido, la que solicitó este encuentro para apaciguar la relación con Ferraz. La sevillana trata de llegar a acuerdos para la confección de los gobiernos municipales claves de Andalucía y para la renovación de las diputaciones provinciales, último reducto de poder institucional de Díaz donde la dirección federal está dispuesta a intervenir de lleno. La ex presidenta de la Junta concede a Sánchez una autoridad sobre el PSOE andaluz que siempre le había negado, y Ferraz ha respondido suavizando su estrategia de desgaste para con Susana Díaz. “No hay ningún calendario extraordinario de renovación de la estructura del PSOE en Andalucía”, zanjó José Luis Ábalos este lunes, tras la reunión del Comité Ejecutivo del PSOE.

No habían pasado 24 horas desde las municipales, autonómicas y europeas del domingo, aún en pleno sudoku de pactos postelectorales, cuando Díaz llegó a Moncloa ofreciendo diálogo, cediendo a Ferraz autonomía sobre el control de su federación para evitar otro choque de trenes entre el PSOE federal y el PSOE andaluz. Los de Sánchez han respondido templando las aguas. Se avienen a negociar con ellos las diputaciones, aunque la disposición de los sanchistas -sobre todo los que residen en Andalucía- es remover de su silla a los dos más próximos a Díaz, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, y la de Cádiz, Irene García (que este mismo lunes ya anunció que elevaría su propuesta para ser renovada) en el cargo).

En el caso de Rodríguez Villalobos, uno de los padrinos políticos de Díaz, habría recibido la comunicación directamente de Toscano, con quien se reunió en un hotel de Sevilla, hace dos semanas, según fuentes socialistas. Rodríguez Villalobos, de 67 años, ha manifestado su intención de seguir al frente de la diputación más poderosa de Andalucía, con un presupuesto anual de 453 millones de euros, y para la que trabajan numerosos ex alcaldes y ex altos cargos del PSOE fieles a Susana Díaz. Pero el regidor nazareno le niega rotundamente esta posibilidad, aun con la promesa de Villalobos de que él mismo encabezaría una lista integradora de sanchistas y susanistas. Para los sanchistas andaluces, el mejor posicionado para ocupar la presidencia de la Diputación de Sevilla es el actual alcalde de Las Cabezas, Francisco Toajas, uno de los regidores que primero se posicionó públicamente del lado de Sánchez en la primera batalla orgánica contra Díaz.

Sin embargo, los ritmos de Ferraz son distintos a los del sanchismo andaluz. El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, acompañó este lunes a Díaz en su visita a Moncloa, y él es quien mantiene una línea directa y constante con Ábalos, apelando al diálogo permanente entre ambas direcciones, y dejando al margen a Toscano y otros destacados sanchistas andaluces que “hablan por Ferraz sin ser de Ferraz”.

Revisión de la estrategia

La reunión entre Díaz con el presidente del Gobierno en funciones ha tenido lugar minutos antes de que la Ejecutiva federal se reuniera en Ferraz para trazar la hoja de ruta de los pactos de Gobierno en comunidades y capitales donde los socialistas tienen opciones de retener el poder. La ex presidenta andaluza está más al margen de esta estrategia, porque ya perdió la Junta hace seis meses, en las andaluzas del 2 de diciembre. Entre Sánchez y Díaz, una vez pasada la tregua de las elecciones, está en ciernes el pulso por el control del PSOE andaluz, promotor de la operación para desalojar a Sánchez que derivó en unas primarias entre el madrileño y la andaluza.

Preguntado sobre la reunión, Ábalos ha destacado el clima “muy positivo” del encuentro. “La conclusión de esta cita es aunar esfuerzos para relanzar el proyecto socialista en Andalucía de cara a la confección de los gobiernos municipales”, ha subrayado el secretario de Organización del PSOE. El número dos de Ferraz sostiene que el objetivo común es “la revisión de la estrategia del PSOE para ser alternativa al Gobierno” andaluz de PP y Ciudadanos.

La visita de Susana Díaz a Moncloa se entiende en el PSOE andaluz como una “predisposición al diálogo y la negociación”, con la mirada puesta en las diputaciones provinciales. La ex presidenta de la Junta quiere evitar otro pulso con Madrid como el que les enfrentó en la confección de las listas electorales al Congreso y al Senado. La lección aprendida es que, con los estatutos y el reglamento en la mano, la dirección federal tiene la última palabra y ganará todos los pulsos que le echen los líderes territoriales. Lo recordó Ábalos este lunes, apelando a la normativa interna del PSOE. “No hay que acordar nada”, dijo cuando le preguntaron si Sánchez y Díaz habían negociado la composición de las diputaciones andaluzas, último reducto de poder institucional de la ex presidenta de la Junta. Aún así, el secretario de Organización añadió que se hará “un ejercicio compartido” con los líderes regionales y provinciales para la selección de los mejores diputados provinciales y presidentes de Diputación. La fecha tope para que la dirección federal avale o corrija la propuesta de los territorios en la comisión de listas es el próximo 7 de junio.

Diálogo con Madrid, pulso en Sevilla

Ahora hay dos frentes de presión del sanchismo a la dirección andaluza, la que sale de Ferraz -reorientada al diálogo y al entendimiento- y la que apremia desde Sevilla a intervenir las diputaciones más significativas. Toscano, que acaba de refrendar su Alcaldía por undécima vez, es uno de los mayores críticos de la ex presidenta andaluza, sanchista de primera hora, y la persona que mueve los hilos de Ferraz en Andalucía para tomar el control de la federación más potente y (hasta ahora) más autónoma del partido.

Hasta ayer, el plan de la dirección federal era minar el poder que le queda a Susana Díaz, tras la pérdida del Gobierno andaluz, retirándole el anclaje de las instituciones que aún controla, esto es, las diputaciones provinciales. Si no hay diálogo que prospere entre Madrid y Andalucía, habrá un nuevo choque de trenes entre sanchistas y susanistas en el que los segundos, según los estatutos del partido, tienen las de perder. Ferraz esgrime el reglamento del partido que le da la última palabra en la elección de los concejales que serán diputados provinciales, y que luego elegirán al presidente de estas instituciones. También se reserva el derecho estatutario de intervenir una ejecutiva provincial en caso de “indisciplina”, esto es, si no acatan la decisión final de la comisión de listas que debe aprobar la propuesta de nombres antes del 7 de junio.

Hasta los más críticos con Susana Díaz en Andalucía disuadieron a Ferraz, tras la debacle del 2 de diciembre, de la idea de imponer una gestora que relevase a la secretaria general del PSOE andaluz al frente de su federación. Este escenario habría sido “la guerra mundial”. Sin embargo, ahora hay sanchistas andaluces que sí piden a la dirección federal más presión para apartar a la secretaria general del PSOE sevillano, Verónica Pérez (persona de la absoluta confianza de Díaz), y poder tomar el control del último bastión susanista. Uno de los nombres que suena para relevar a Pérez al frente del PSOE de Sevilla es el alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, otro sanchista de primer orden.

La intención de Ferraz y del PSOE andaluz es llegar a un consenso y pactar listas integradas en las ocho diputaciones provinciales. La pérdida del poder político y económico que representan las diputaciones provinciales -la posibilidad de contratar a ex alcaldes y ex diputados que se quedaron sin trabajo tras las elecciones- privará a Susana Díaz del apoyo necesario de los secretarios provinciales, hasta ahora fieles a la ex presidenta andaluza. Díaz persiste en la idea de continuar al frente del PSOE andaluz, liderando la oposición en el Parlamento al Gobierno de PP y Ciudadanos, convencida de que el Ejecutivo “tripartito” se romperá antes de la mitad de la legislatura. Y entonces ella recuperará la Junta.

Ni Ferraz ni muchos en su entorno lo creen así. La dirección federal se inclina por darle una “salida digna” a Díaz si conviene en abrir pacíficamente la renovación en el PSOE andaluz. Sánchez le ha hecho llegar un mensaje por personas interpuestas: “Generosidad máxima para quien ha sido presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A”. Algunos sanchistas andaluces hablan incluso de la posibilidad de ofrecerle el Ministerio de Defensa.

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