La pobreza condena a Canarias a ser la comunidad con más obesidad infantil

Imagen de archivo de alumnado de Infantil del Colegio León y Castillo de Las Palmas de Gran Canaria. EFE/Ángel Medina G.

Toni Ferrera

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Un estudio con datos de la última Encuesta Nacional de Salud, publicada en 2017, coloca a Canarias a la cabeza de la obesidad infantil en España. El trabajo incluyó a 4.882 niños de uno a 14 años e investigó los factores asociados a la prevalencia de menores con obesidad y sobrepeso. Los resultados no sorprenden: a más pobreza, mayor es el riesgo de sufrir alguna de las dos.

La investigación, publicada en la revista científica Medicina Clínica, encontró que la obesidad infantil afecta al 18,6% de los menores y el sobrepeso al 13,5%. Estas cifras sugieren que hay más de un millón de niños obesos y casi 750.000 con sobrepeso en España. Canarias es la comunidad autónoma con mayor riesgo (3,81), por delante de Andalucía (3,54) y Murcia (3,49). Castilla y León (1,71), Galicia (1,4) y Cantabria son las que menos. El mapa nacional muestra un gradiente geográfico norte-sur muy claro en el que la tasa aumenta en las regiones más meridionales.

“[El dato] es una barbaridad”, resume en pocas palabras Francisco Sánchez Ferrer, profesor de Pediatría en la Universidad Miguel Hernández (UMH), en Elche, y uno de los autores del estudio.

El especialista explica qué significa para un niño sufrir sobrepeso. Por un lado, sostiene, “estamos condenando a esos menores a una obesidad de adulto”, pues “prácticamente la mayoría” lo serán cuando cumplan la mayoría de edad. “Eso va a generar un mayor riesgo cardiovascular, mayor dificultad para hacer muchas actividades cotidianas, menor esperanza de vida…”, enumera Sánchez. Por otro, la exclusión social a la que pueden estar siendo sometidos. “Tienen más riesgo de sufrir bullying”, agrega.

El trabajo remarca que la prevalencia de obesidad infantil en España muestra signos de “comenzar a estabilizarse”, aunque no de forma homogénea por todo el territorio. Esta tendencia ya ha sido detectada en otras partes del mundo. Un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet con una muestra de 128 millones de niños, adolescentes y adultos concluye que, mientras la obesidad se estabiliza en los países de renta alta, se acelera en los más desfavorecidos. Sánchez considera que ahora más que antes existe una concepción del sobrepeso como un “riesgo para la vida” y achaca la estabilización de la enfermedad al incremento de las campañas de concienciación.

“Antes decíamos: ay, un niño gordito, qué bien está. Y ahora, cuando los pediatras hacen los percentiles y el menor está por encima, ya se hace el diagnóstico propio de obesidad y empiezan a darse unas medidas iniciales”, puntualiza.

Uno de los hallazgos más destacables del trabajo del experto y el resto de firmantes es la relación entre el estatus socioeconómico y la obesidad infantil. Según el mismo, la ratio de niños obesos o con sobrepeso en los hogares con ingresos mensuales de menos de 800 euros es 3,6 veces mayor en comparación con los hogares con rentas de más de 3.600. Es la variable más asociada a este problema de salud e ilustra bien por qué Canarias cuenta con la tasa más elevada del país: un total de 376.570 personas de menos de 18 años están en riesgo de exclusión social en las Islas, según el último informe de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y Exclusión Social (EAPN, en sus siglas en inglés).

La “fuerte asociación” mencionada, no obstante, es bien conocida y concuerda con los resultados publicados en otros lugares. Sánchez cree que puede deberse a que las clases sociales más bajas aún no ven la obesidad como “algo negativo” por la falta de formación, principalmente, y también porque una buena alimentación es cara y no puede permitírsela cualquier familia. “Comer bien es caro y comer algo procesado es barato”, remacha.

La dificultad es aún mayor cuando la exposición a anuncios de alimentos insanos en España es el doble en hogares pobres que en ricos, de acuerdo con un trabajo académico reciente difundido en la revista científica BCM Publich Health. El Gobierno nacional anunció un decreto en 2021 para regular esta publicidad, pero aún no ha sido aprobado. Sánchez opina que el consumo de productos naturales, fruta y verdura debería estar subvencionado para los colectivos más vulnerables, así “tendríamos un ahorro sanitario importante porque estaríamos evitando muchas patologías”.

Del mismo modo, el especialista insiste en la necesidad de “tomarnos muy en serio” la obesidad como una enfermedad que tratar, al igual que se hace con cualquier otra, porque es una patología “en sí misma” y generadora de muchas más. “Al igual que el Estado ha ido contra el tabaco, lo mismo [puede hacerse] con ciertos alimentos que provocan sobrepeso”, subraya.

La investigación de Medicina Científica también sugiere que la prevalencia de obesidad infantil es mayor entre los niños que habían visitado recientemente a su pediatra (21,7% en el último mes frente a 11,9% en más de un año), una menor actividad física (24,1% sedentarios frente a 15,4% con actividad física varias veces por semana), una mayor exposición al humo del tabaco (30,6% más de una hora al día frente a 18,1% nunca o casi nunca), mayor consumo de refrescos azucarados (25,3% una o más al día frente a 15,1% una o dos veces por semana), menor consumo de zumos naturales (21,4% menos de una vez a la semana frente a 14,5% más de una vez al día) y adherencia a alguna dieta (31,6% frente a 18,3%).

Canarias aprobó en diciembre del año pasado una estrategia para el abordaje de la obesidad infantil y juvenil en el Archipiélago. El documento recoge datos de un sondeo publicado en 2022 por la Dirección General de Salud Pública que sitúa la tasa de obesidad entre niños de seis y nueve años en la Comunidad Autónoma en un 45,8%. No establece medidas, sino puras recomendaciones para la prevención y el diagnóstico en los ámbitos sanitario, familiar, escolar y comunitario. 

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