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Los nuevos contenedores soterrados de Madrid comienzan en Manuela Malasaña

El alcalde y varios concejales, ante los nuevos contenedores de Malasaña

Somos Malasaña

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El barrio de Malasaña acaba de estrenar el primero de los contenedores soterrados que el Ayuntamiento de Madrid está instalando en todo el distrito Centro. Se encuentra en el cruce de las calles Manuela Malasaña y San Andrés.

Este nuevo sistema permite seguir trabajando en “la mejora continua de la limpieza y recogida de residuos en la ciudad de Madrid, uno de los objetivos prioritarios del Ayuntamiento”, en palabras de Almeida, que ha señalado las ventajas que los nuevos contenedores presentan en términos de “mejora de la higiene y los olores y de las condiciones estéticas y visuales” de la ciudad. Esta medida viene a reforzar las acciones iniciadas en el anterior mandato relativas a la licitación de nuevos contratos de limpieza, al incremento de personal del ramo y a la inversión en la mejora de los medios. Algo “que se nota en las calles” y que contribuye, según el alcalde, a “seguir haciendo de Madrid una ciudad más limpia” cada día.

Además del situado frente al número 9 de la calle de Manuela Malasaña, ya están completamente operativos los contenedores soterrados en las calles Serrano Jover, 1 y Divino Pastor, 3. Estos tres primeros puntos en los que se han finalizado los trabajos se encuentran en el barrio de Universidad. El plan diseñado por la Dirección General de Servicios de Limpieza y Residuos contempla la instalación progresiva de 90 contenedores soterrados de papel-cartón, plástico-metal-brik y vidrio en un total de 30 puntos.

La nueva isla de contenedores fue visitada por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante; el concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y el concejal de Centro, Carlos Segura.

Esta prestación está recogida en el contrato de contenerización, recogida y transporte de residuos que se puso en marcha en noviembre de 2022. Su entrada en vigor ha permitido, desde entonces, incrementar la frecuencia de las recogidas de residuos en la capital e implantar 30.000 nuevos contenedores más accesibles, integrados y ergonómicos en toda la ciudad, entre otras medidas. El gasto total para el servicio es de 1.506 millones en seis años. El modelo de recipientes soterrados ya fue implantado en el distrito de Salamanca, con un total de 51 contenedores en 18 puntos y se enmarca en la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 que tiene como uno de sus objetivos mejorar el mantenimiento de estos espacios y la propia recogida de los residuos, así como la estética y el impacto visual que estos espacios generan en su entorno.

Tras estas tres primeras ubicaciones, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ya está trabajando en otros 11 puntos del distrito de Centro para la instalación de los contenedores: estarán ubicados en las calles Campoamor, Gravina, Valverde (estos tres, en fase próxima a su finalización), Serrano Anguita, General Mitre, Mejía Lequerica, Fernando VI, Príncipe, Embajadores, Fuencarral y la plaza de las Salesas. El resto de emplazamientos está en fase de proyecto.

Los nuevos contenedores constan de bloques de hormigón prefabricado, plataforma de seguridad, cuerpo contenedor, buzón de recepción y sistema de elevación. Tanto los materiales como la pintura y el sistema de insonorización los dotan de una mayor resistencia a cualquier ambiente y a distintas condiciones climáticas.

Su sistema de amortiguación hidráulica está configurado para evitar atrapamientos y minimizar el ruido y las molestias a los vecinos. En lo referente a costes, el hecho de que estén construidos a partir de módulos permite reducir los relativos a mantenimiento y reparación, ya que se puede reemplazar pieza por pieza sin necesidad de sustituir el conjunto completo.

La sustitución progresiva de los contenedores y la instalación de los soterrados tiene notables ventajas para los vecinos, los turistas y el propio entorno en el que se ubican. Se consigue reducir su impacto visual, circunstancia especialmente relevante en entornos históricos como es el caso del distrito de Centro. Que no interfieran en la imagen del entorno permite, a su vez, poder colocar más contenedores, que ocupan menos espacio en superficie, lo que es relevante al tratarse, en muchos casos, de calles estrechas. El hecho de que se vacíen con los mismos camiones recolectores que los contenedores de superficie provoca que su implantación no suponga un gasto extra al no precisar de equipos especiales.

Se trata, también, de contenedores más accesibles. La boca de carga está situada a menor altura que la de los contenedores en superficie, en concreto a 90 centímetros desde el itinerario peatonal accesible. Para facilitar su uso por parte de todos los viandantes, además de la maneta de apertura frontal, se ha desarrollado una inscripción en braille en la tapa abatible para personas con discapacidad visual. El mecanismo de apertura del contenedor es de fácil detección y manejo, permitiendo su accionamiento con el puño o el codo.

Este modelo tiene menor impacto por posibles olores, especialmente en el caso de los residuos que puedan descomponerse, ya que no sufren insolación directa y tienen menos aberturas al exterior. Permiten, asimismo, reducir las molestias por ruido, especialmente el impacto sonoro en el proceso de depósito de residuos como el vidrio. El sistema cuenta con contenedores herméticos de tapa abatible y cierre automático silencioso. Al mismo tiempo, su configuración reduce el riesgo de vandalismo, ya que los residuos quedan fuera del alcance de las personas. 

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