Poesía artística y música electrónica para extirpar la violencia machista
El 17 de abril, la poeta Pilar Astray presenta junto con el paisajista sonoro Marcos In Dub Rooteo su último poemario, El Carnicero. Cómo recuperar un cuerpo maldito (Mundos Flotantes, 2024), con un espectáculo –ritual– de poesía escénica y música experimental en El perro de la parte de atrás del coche (que los más habituales más noctámbulos de Malasaña conocerán bien).
“El carnicero es la metáfora del maltratador y su contrario es la poeta”, explica Pilar. La obra pone de manifiesto la cicatrización de las heridas psicológicas y físicas de la violencia machista, es un poemario en el que tienen cabida los rincones oscuros de la institución familiar, el amor romántico y “una espiritualidad patriarcal que bebe de la culpa y cierra las puertas a la teología feminista”. Las letras de Astray son espirituales y transgresoras como Cristina Morerira, una sacerdotisa católica con una capilla LGTBIQ+ a quien ella misma entrevistó.
En El Perro…, el espectador encontrará un espectáculo de una hora de duración con asideros para la reflexión, vehiculizados por una mezcla liberadora de “audios de whatsApp tras vínculos traumáticos, música de procesiones de la Semana Santa con cánticos mozárabes, foleys, drones y diversos elementos que configuran un paisaje sonoro tan espeluznante como revelador”.
Pilar Astray, también conocida como Boadicea, ha publicado antes El Lenguaje de la gravedad (Ruleta Rusa Ediciones), Aquelarre (Huerga y Fierra) –del que se hizo una tesis universitaria en Chile– y Diez poemas medicina para que papel venza a piedra (Libros con miga), con el que ganó en 2017 un accésit del certamen poético Leopoldo de Luis, lo que le permitió comenzar una aventura creativa con la figura del escritor que se concretará en el documental De aquí no se va nadie.
Además, imparte docencia y talleres de poesía en bibliotecas, practica la performance (en Prostíbulo Poético) y ha cultivado la parte audiovisual a través de su productora Mundos Flotantes –que copilota junto con el pintor Masles Roy–, que recientemente ha abierto un espacio de agitación cultural en Suanzes y acaba de traducir en su vertiente editorial las memorias de Mercedes de Acosta, una poeta fascinante que fue mucho más que la amante de Greta Garbo o Isadora Duncan.
“Escribo poesía desde que tenía cinco años. Vi un libro de caligrafía y el poema me entró de forma visual porque estaba configurado con saltos de líneas y eso me gustó. También el lenguaje distinto, que yo denominaba secreto. Empecé a imitarlo. Mi primer poema se titulaba Horizontes lejanos”, explica la poeta , que ha construido un libro con líneas sonoras en el que la lectora también es creadora, con páginas para interactuar y hasta arrancarlas.
“Un carnicero tiene muchos rostros”, insiste, los hay en todas las familias, clases sociales, ideologías…y su acción, la violencia machista, necesita de un acto liberador. Pilar Astray nos propone uno en su libro y en el espectáculo que lo acompaña, uno inspirado en el arte del kintsugi, el arte japonés de recomponer la cerámica fragmentada. Como las vidas.
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