Hazte autónomo. Defínete como entrepreneur. Llena tu zona de trabajo de frases motivacionales de grandes hombres que crearon productos que cambiaron el mundo con empresas que evaden miles de millones al fisco. Ve a trabajar en bicicleta, cuida el medioambiente. Cómprate un 4x4, cuida tu imagen de triunfador. Sal de tu zona de confort. Ten preparado un colchón económico de tus padres por si todo falla. Fracasa una y otra vez, no dejes de intentarlo, ese es el camino del éxito. Despide a tus empleados sin compasión, el fracaso ajeno es un obstáculo hacia tu meta. Irradia originalidad y creatividad. Plagia. Critica a vendedores de humo. Aprende a vender humo.
Culpa de la crisis a toda esa turba que vivió por encima de sus posibilidades. Vive por encima de tus posibilidades, aprende a aparentar. Desdeña ideologías. Abraza el neoliberalismo. Ataca la educación y la sanidad pública, el subsidio de desempleo o el pago del finiquito. Olvídate de cotizar. O de jubilarte. Fustiga a los sindicatos, ridiculiza el derecho a la huelga y las vacaciones pagadas y critica la subida del salario mínimo, aunque tus ganancias mensuales no pasen de 600 euros. Conviértete en un hater de todo lo que huela a Estado, cada uno debe hacerse a sí mismo. Pide subvenciones a Cámaras de Comercio, ayuntamientos y comunidades. Exprime a esos chupópteros.
Ataca al funcionariado, salvo policías y guardias civiles. Ama España, aunque tu país sea el peor de la Unión Europea para emprender o montar una empresa. Cómprate una pulserita con la bandera de España pero lleva un look desenfadado y juvenil. Convierte tu patriotismo en militancia y simpatiza con políticos de extremo centro, de esos que prometen alfombra roja para emprendedores, antes de las elecciones. Defiende todo lo que significa estar orgulloso de ser español en cada conversación. Vota a partidos que saquean tu país y manda a tus hijos a estudiar al extranjero.
Pon a parir todas las protestas a favor de los derechos sociales. Manifiéstate contra Cataluña. Dona a causas sociales, lo comprometido es moderno. Evade impuestos, el estado del bienestar es anacrónico. Critica la subida de impuestos a las rentas altas. Quéjate de que un odontólogo pague la misma cuota de autónomo que tú.
Convierte el trabajo en la razón de tu existencia. Haz que tu vocación fagocite todas tus inquietudes vitales. Lee libros de autoayuda empresarial holística, empápate de sabiduría con el discurso de Steve Jobs en Stanford o con alguna de esas charlas TEDx que culpan al individuo de todos los males sociales. Aprende a confundir tu ambición con tus inquietudes. Defiende que en esta vida, sólo se triunfa con talento y sacrificio. Culpa a los demás de tus fracasos.
Y si pasado un tiempo, después de todos estos consejos, sigues perteneciendo a esa inmensa mayoría de autónomos que ganan menos 751 euros al mes, deja de llamarte emprendedor. Tú sólo eres gilipollas.
