Vitoria, con mascarillas y medidas de seguridad, abarrota su mercado de abastos en el día de su reapertura
“Egun on! ¡Menos mal que habéis vuelto!”, se felicitaba un hombre cuando, al fin, le ha tocado su turno en uno de los puestos del mercado de abastos de Vitoria, que este jueves ha regresado a la plaza de Santa Bárbara después de que el Gobierno vasco rectificara su decisión de cerrar este tipo de puntos de venta por la pandemia. Este cliente ha tenido que esperar una larguísima cola, ya que cientos de vitorianos se han echado a la calle para comprar fruta, verdura, embutido o dulces caseros en este tradicional mercado semanal. Por un momento, parecía como si la normalidad hubiera regresado a Vitoria, ya que la plaza bullía de vida y en las calles aledañas el peregrinar de carros de la compra era muy evidente.
Pero no. Lo demostraban un par de parejas de la Cruz Roja que estaban repartiendo en los accesos a la plaza las mascarillas sobrantes del material enviado por el Ministerio de Sanidad para su entrega a los usuarios del transporte público. “Para no contaminar”, explicaba una de las jóvenes que ofrecía las protecciones, de un solo uso y que no garantizan inmunidad total. Además, muchos comerciantes disponían de sus propios desinfectantes para evitar contagios y casi nadie tocaba el género sin guantes.
Vitoria ha sido una de las ciudades más castigadas por el coronavirus, con más de un 1% de su población diagnosticada de COVID-19 y muchas casos a los que nunca se les confirmó la enfermedad con una prueba. De hecho, el mercado se celebra en el segundo barrio de Euskadi con más positivos, la zona de influencia del ambulatorio de Olaguíbel. A la vez, es igualmente cierto que en las últimas semanas presenta una caída notable de los nuevos contagios y que sus hospitales, tras un durísimo mes de marzo, están empezando a disponer de espacio libre. Se ha dado el dato de que hay ya más ingresados sin COVID-19 que con esta patología.
Fue a principios de la pasada semana cuando el Gobierno vasco, en su continua revisión de los criterios de aplicación del estado de alarma, optó por prohibir este tipo de mercados para evitar contagios. La decisión resultó polémica porque justo en la plaza de Santa Bárbara hay dos supermecados que han mantenido su actividad ordinaria y en los que también se han producido colas en algunos momentos, como los días previos a los festivos de Semana Santa. Los pequeños productores consideraron que era discriminatorio, ya que la actividad es la misma en esencia y las medidas de seguridad incluso pueden ser superiores en espacios abiertos que en un centro cerrado. Finalmente, a los pocos días el Ejecutivo de Iñigo Urkullu rectificó y en Vitoria y en otros puntos como Ordizia se han retomado estos puestos a lo largo de las últimas horas.
2