Transición ecológica: la hora del PSOE
“Ya disponemos de diagnósticos científicamente rigurosos. Ahora es apremiante la acción para inventar el futuro”
Federico Mayor Zaragoza
En 1879, año en el que un grupo de trabajadores e intelectuales liderado por Pablo Iglesias fundó el PSOE, la comunidad científica no era consciente aún de las consecuencias de la acción humana en la transformación del clima.
Sin embargo, a medida que la preocupación por el medio ambiente fue cobrando relevancia, primero en ámbitos científicos y académicos y más adelante en la esfera política y social, el PSOE fue incorporando una sensibilidad ecológica como parte sustantiva de su discurso y de su acción política.
Esta audacia y esta capacidad anticipatoria a la hora ocuparse de cuantos aspectos de la vida fueran susceptibles de transformar la sociedad para mejorar nuestro país siempre ha formado parte del ADN socialista, independiente del momento y del contexto histórico.
De hecho, el PSOE siempre ha estado a la vanguardia de progresos sociales, impulsados por su acción política. Fue determinante en la consecución de los primeros derechos laborales, en el establecimiento del sufragio universal y en la aprobación del voto femenino como requisitos democráticos, y en la asunción política y social de los valores republicanos con la proclamación de la II República.
La ley del divorcio, la interrupción voluntaria del embarazo o el reconocimiento de la identidad sexual que supuso la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo no habrían salido adelante sin el compromiso ideológico del PSOE, el partido que más se parece a España y que más ha contribuido al progreso de nuestro país.
La construcción de una cultura ecológica que ahora es transversal a todos los partidos, pese al coqueteo con las tesis negacionistas de la extrema derecha, también debe mucho al PSOE.
Tras la aprobación de importantes leyes de contenido ambiental durante los gobiernos de Felipe González (Ley de Aguas, Ley de Costas, Ley de Montes,..), posteriormente con el gobierno de Zapatero se aprobaron diez leyes para potenciar la consideración de la ecología en la agenda política ( y, por primera vez, en 2005 se redujeron las emisiones de gases de efecto invernadero.). Con la llegada al gobierno de Pedro Sánchez, -un líder profundamente convencido de la importancia de la dimensión ambiental como garante de un progreso más justo, seguro y duradero,-y en el contexto del actual gobierno de coalición, se ha producido un importante salto cualitativo: la transición ecológica se ha situado en una vicepresidencia del gobierno, visibilizando así su carácter transversal, con una titular, Teresa Ribera, de reconocido prestigio internacional, gracias a su conocimiento y compromiso en materia ambiental, y en particular en la lucha contra el cambio climático.
Ahora tenemos la ocasión de demostrar desde el gobierno nuestro compromiso en esta materia: ya tenemos en tramitación el proyecto de Ley de Cambio Climático y transición energética, (que establece la neutralidad climática en 2050 y las medidas para avanzar en una hoja de ruta gracias a la que se crearán nuevos empleos y se fortalecerá nuestro tejido industrial..), se ha aprobado un anteproyecto de ley de residuos, una estrategia de economía circular... y todo ello nos permitirá acceder a importantes cuantías del nuevo Fondo Europeo para la Recuperación.
Para alcanzar estos objetivos ambiciosos necesitaremos una transformación de las propias costumbres y hábitos de la ciudadanía, de nuestros sectores económicos, y, cómo no, de los propios partidos políticos.
Los cambios necesarios, pues, no afectan sólo a las normas y al conjunto de la sociedad, sino que interpelan de manera rotunda a los partidos políticos. El PSOE está decidido a asumir la responsabilidad de transformarse y a arrogarse el protagonismo de la transformación ecológica. Esta coherencia es la que nos exige la ciudadanía, cada día más implicada en cuestiones climáticas, especialmente los jóvenes, herederos de un mundo que será peor si no empezamos a actuar ya.
Bajo estas premisas, en un mundo asolado por la pandemia del COVID-19 –que también tiene causas climáticas- y con la aspiración de ser partícipes de todas estas transformaciones de progreso, el 11 de mayo del 2020 la Ejecutiva Federal del PSOE aprobó un plan de transformación ecológica y digital (Plan Luz Verde) que aspira a ser el referente de la sostenibilidad dentro de los partidos políticos.
Este plan abordará la huella de carbono de las sedes federales y las agrupaciones, así como la digitalización del partido, una acción política más sostenible y conseguir la implicación medioambiental de toda la militancia.
En la celebración del Día Internacional contra el Cambio Climático, los socialistas hemos lanzado una campaña para dar a conocer nuestro plan y solicitar de la ciudadanía apoyo para obtener recursos económicos que permitan aplicarlo. La actual legislación de financiación de partidos políticos impide obtener ayudas económicas como las que facilitará el Gobierno de España con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española para la transformación ecológica y digital.
Los partidos políticos no podemos quedar al margen de esta transformación fundamental para el futuro de España y del planeta. Por eso, hemos puesto en marcha un sistema de financiación del plan: microcréditos verdes (donde los prestamistas podrán obtener el 3% de interés anual), donaciones verdes y una cuota verde para la militancia.
Ser pioneros implica autoexigencia, trabajo y conciencia de lo que nos rodea. Los socialistas queremos dejar un mundo mejor para aquellos que lo hereden; no queremos que nuestros descendientes, como diría Albert Camus, nos desprecien “porque pudiendo tanto, nos atrevimos a tan poco”.
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