Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Un buen propósito para 2025: trabajar menos

Un trabajador de hostelería, en una imagen de archivo
31 de diciembre de 2024 19:13 h

16

¿Ya has hecho tu lista de buenos propósitos para el nuevo año? Ir al gimnasio, aprender alemán, comer más sano, dormir ocho horas, dejar de fumar, beber menos, hacer los ocho mil pasos diarios… Lo de todos los años, vale, y previsiblemente con las mismas perspectivas de éxito de todos los años: hasta febrero.

No tires la toalla, que aquí vengo yo a traerte un buen propósito para 2025 mejor que todos esos: trabajar menos. Trabajar menos horas. Salir antes del curro. Desconectar de verdad al terminar la jornada. No seguir trabajando en casa, ni en los días libres. No estar con un problema laboral en la cabeza mientras te habla tu pareja o tus hijos te preguntan algo. No acabar cada día agotado, con ganas solo de enchufarte una serie en vena y quedarte dormido en el sofá.

No es un propósito más: es el gran propósito. El propósito total. El que engloba todos los demás, el único que puede hacerlos posibles. Revisa otra vez tu lista de buenos propósitos. La mayoría de ellos son variaciones de un mismo tema: tener más tiempo. Esas horas libres que hoy no tenemos porque estamos trabajando. Fracasamos en cumplir nuestros propósitos porque no tenemos tiempo ni fuerzas. No vamos más al gimnasio, comemos cualquier cosa, dormimos poco y mal, tenemos hábitos insanos, porque trabajamos mucho y “no me da la vida”. Porque estamos cansados, estresados. A veces también enfadados, desanimados, desganados, quemados.

Así que en este 2025 recién nacido, apuntemos en la agenda, en la pizarra de la nevera, en el recordatorio del móvil, en el post-it del ordenador, un único propósito que es todos los propósitos: trabajar menos. Y mira por dónde, es el mismo propósito de la ministra de Trabajo: que todos trabajemos menos. Yolanda Díaz apuesta todo su capital político a que en 2025 salga adelante la reducción de jornada que ya ha acordado con los sindicatos, y que incluye endurecer el control horario y garantizar la desconexión digital. Y cualquiera diría: ah, bueno, si el gobierno ya está con ello, vamos bien.

Pues no. No vamos mal, pero tampoco nos confiemos. Que desde el gobierno una vicepresidenta pelee por la reducción de jornada es muy bueno, pero no basta. De hecho, el acuerdo de Díaz con los sindicatos tiene mucho de gesto, importante pero gesto, y está todavía lejos de ser una realidad: tiene que vencer la resistencia del PSOE, que prefiere ir más despacio. Tiene que aprobarse en el Consejo de Ministros, con resistencia del ministro de Economía. Tiene que ser respaldado en el Congreso, donde las mayorías son como son. Tiene que vencer la oposición de la CEOE. Y finalmente, pero no menos importante, superar el rechazo de tu jefe o tu empresa.

Los buenos propósitos hay que trabajárselos, y este no va a venir solo. Con la misma convicción con que otros años empezamos en enero en el gimnasio, nos hacemos un plan de comida semanal o nos apuntamos a un curso de alemán a distancia, este año dediquémonos a pelear la reducción de jornada. Si depende del PSOE, presionemos al PSOE. Si depende de los socios parlamentarios, apretemos a los socios parlamentarios, sobre todo PNV y Junts. Si la CEOE no quiere, hagamos que quiera. Y si al final depende de tu jefe o tu empresa, que sepan que tú y todos tus compañeros vais a dar la batalla.

La reducción de jornada no nos la van a regalar. Y mira que es un objetivo modesto, hasta insultante: dos horas y media menos a la semana. Una minucia. Queremos más. Mucho más. Queremos trabajar menos, mucho menos. Queremos tiempo. Queremos vida. Venga.

Etiquetas
stats