“La gran esperanza en trasplantes son los órganos humanos incubados en cerdos”
Este miércoles es el Día Mundial del Donante. Rafael Matesanz es el nefrólogo madrileño que pidió una excedencia y creó en 1989 la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). La ha dirigido durante este tiempo, sobreviviendo a los gobiernos del PP y del PSOE, salvo un lapsus de 2001 a 2004, cuando fue cesado por la entonces ministra Celia Villalobos. Maneja un presupuesto de 4 millones, y con él ha logrado mantenerse a flote mientras los recortes menoscababan los servicios públicos y su prestigio. España sigue siendo referente en el mundo en trasplantes. También en Europa, donde donan 18 personas de cada millón mientras que aquí la cifra sube a 34.
¿Qué trasplantes novedosos vamos a ver en los próximos años?
Han estado de moda los de cara, manos, piernas... Aún quedan por hacer los de pared abdominal. Asistiremos también a más trasplantes de órganos huecos: tráqueas, esófagos... Muchos hechos con impresoras de 3D y luego revestidos con células madre del propio paciente para que no desarrolle rechazo. La gran esperanza futura son los trabajos de Juan Carlos Izpisúa de utilizar cerdos como incubadoras de órganos humanos hechos a partir de células madre humanas, pero va a tardar años. Ahora está trabajando en fabricar islotes pancreáticos para la diabetes, pero abre la puerta a crear riñones u otros órganos y hacerlos crecer en los animales.
Si la ciencia avanza mucho, se va a quedar sin trabajo
Me jubilaré antes. De todos modos ambas formas de trasplante convivirán, porque estos últimos son de largo plazo. Una urgencia no va a poder ser atendida por un órgano fabricado.
Luego están los órganos comprados. Ha habido dos casos en España
Hace 15 años lo veíamos lejano y hoy ya lo tenemos aquí. Un caso de compra de órganos nos puede reventar el sistema. Si la gente ve que un órgano se puede comprar, el sistema se hunde. Los dos casos que ha habido en España han sido de gente que venía de fuera, que no comparten nuestros valores ni nuestro sistema, pero vivimos en un mundo global. El protocolo firmado en Santiago de Compostela es fundamental, pero España ya tiene en su código penal este delito.
Sabemos que en el mercado negro se paga según la necesidad del donante y el donado. ¿Cuánto cuesta un trasplante en el sistema público?
Depende del órgano. De riñon, el primer año viene a suponer 60.000 euros, contando con la operación. De hígado, todo incluido, 110.000... De hecho las comunidades autónomas tienen estas tarifas publicadas en sus boletines para el caso de aseguradoras privadas. Porque estos pacientes entran en el mismo sistema, solo que luego se hace cargo del pago el seguro.
La Comisión Europea le ha encargado coordinar un proyecto europeo de trasplantes, Accord. ¿Veremos una política común europea en trasplantes?
España ha recibido el encargo de coordinar el mayor programa colaborativo, Accord. Ha sido un trabajo ímprobo coordinar a 28 países, todo un desafío. Nuestra política es cada vez más común, pero cada país tiene sus características. Por ejemplo, la donación de órganos es mucho más alta en el sur que en el norte, empezando por España y siguiendo por Portugal, Croacia, Italia, Francia... Sin embargo la donación de vivo está mucho más desarrollada en Escandinavia o Inglaterra. La cuestión es armonizar políticas, no ir todos al paso de la oca.
A falta de buenas noticias en Sanidad, a los ministros se les llena la boca con la ONT. ¿Siente que utilizan sus éxitos?
Ocurrirá siempre. Pero es verdad que si cada uno tiene su parte de responsabilidad cuando van mal las cosas, también la tiene cuando van bien. Esto no es un problema de comunidades rojas o azules. Hemos conseguido que la gente sienta suyo el éxito de los trasplantes. Si es verdad eso de que estamos saliendo de la crisis, la ONT va a salir reforzada. En lo que va de año ha habido un 14% más de donantes y llevamos 250 trasplantes más que el año pasado en la misma fecha. Entre los profesionales hay orgullo y vergüenza torera. Y, entre la población, que en el ambiente de descreimiento generalizado en el que vivimos la gente siga donando más es para estar orgulloso. Y eso pasa mientras las cifras muestran que la inversión en sanidad es un 20% menor. La ONT ha sido un ejemplo de gestión. Es un patrimonio nacional.
¿Pueden caer los políticos en la tentación privatizadora de ese patrimonio?
Conmigo dentro no. Eso está muy claro. Hay dos posibilidades, que yo esté o que lo privaticen y me vaya. Eso haría caer el sistema. Funcioma porque es un sistema estanco, porque las donaciones y el trasplante está bajo el sistema público, que garantiza la equidad y la distribución. En el momento en que privatices una de esas partes, el riesgo de que todo se derrumbe es alto. Hay países que tienen mucho sector privado, como Alemania, y no funciona. España fue el primer país en el que los trasplantes quedaron bajo control total del Estado.
Pero, ¿se lo han planteado?
Alguna tentación ha habido de tirar hacia el trasplante privado, pero lo hemos cortado en seco.
¿Prefiere de ministro a Ana Mato o Alfonso Alonso?
Las relaciones han sido buenas con ambos. De Mato no puedo decir nada malo en su relación con la ONT, todo lo contrario. Recibí el apoyo de todo su equipo.
¿Las pugnas políticas entre comunidades autónomas tienen reflejo en las donaciones?
Siempre se han hecho esfuerzos por parte de todas. Por ejemplo, el principal motor del crecimiento de donantes está siendo la donación en parada cardíaca, y hemos desarrollado 42 programas al respecto en medio de la crisis, en 13 regiones. A veces van más adelantadas unas que otras, pero no hay una causa-efecto. Hace 25 años estaban a la cabeza País Vasco, inspiradora de la ONT, pero también Madrid y Cataluña. Hoy están en cabeza Andalucía, Canarias, La Rioja, Asturias, Cantabria...
¿Cuál ha sido la historia más emocionante que ha vivido en la ONT?
La de un niño vasco que se llama Ibai que perdió todos los organos abdominales en un accidente quirúrgico. Necesitaba un trasplante multivisceral. Se hacen 12 al año. Lo trasladaron a Madrid con la necesidad de encontrar urgentemente un donante. Esos donantes pueden tardar años: han de tener el mismo tamaño, el mismo grupo sanguíneo, las mismas caraterísticas. La verdad es que lo pusimos en urgencias como poner una vela al santo. Y hubo un donante en Portugal. Ha sido una de las situaciones más milagrosas que he visto en mi vida. La probabilidad estadística de que eso sucediera es de una entre muchos millones. Salió porque hay un sistema en marcha, porque hay cirujanos en La Paz que como esos hay pocos en el mundo. Aquello me impactó.