Un calendario protagonizado por personas con cáncer: “Es la mejor terapia que he podido tener”
Todas las civilizaciones, desde la más primitiva hasta el momento presente en el que nos encontramos, el ser humano ha intentado contar el paso de los días dividiendo el tiempo en sistemas lógicos. Los primeros calendarios surgieron de observar el paso de las constelaciones en el cielo. Es un elemento simbólico que marca el fin de una época, y el inicio de un nuevo año; un nuevo comienzo, una oportunidad de volver a empezar.
En la localidad de Ejea de los Caballeros, hace ahora nueve años, un grupo de personas pusieron en marcha un calendario diferente; el calendario solidario cuya recaudación por su venta se destina de manera íntegra a la Asociación Española contra el Cáncer. La peculiaridad de este calendario son las fotografías que acompañan a cada uno de los meses del año. En ellas, las protagonistas, en su mayoría mujeres y tímidamente cada vez más protagonistas masculinos, son personas que han padecido o padecen cáncer, pacientes de oncología en cualquiera de sus especialidades.
El calendario
Estrella Samper es una superviviente de cáncer. Su familia fundó un estudio de fotografía en Ejea que ella continuó junto a su marido Javier y que, ahora, su hijo pequeño Luis Fernando ha decidido mantener en la familia poniéndose detrás del objetivo de la cámara. Cuando Estrella supo que sus marcadores cancerígenos estaban a cero, decidió que tenía que hacer algo por todas las personas que estaban atravesando el camino que ella acababa de transitar: “mi hijo fue el primero en darme la idea de poner en marcha un calendario solidario ilustrado con lo que nosotros mejor sabemos hacer: fotografías. Me pareció una bonita forma de aportar mi granito de arena a la lucha contra el cáncer”, confiesa la fotógrafa. En aquel momento, se puso manos a la obra y contactó con otras personas de Ejea y sus alrededores que habían sido pacientes de oncología o que estaban siéndolo en ese momento. Buscaron una temática y realizaron varias sesiones fotográficas. De todas las tomas, eligieron doce; una por cada mes del año, y maquetaron e imprimieron la primera tirada de calendarios. La acogida les sorprendió, y también la recaudación, que donaron a la Asociación Española contra el Cáncer.
Desde aquella primera tirada de calendarios han pasado nueve años y se han recaudado de forma benéfica más de 30.000 euros que se han destinado a investigación y al mantenimiento de los servicios que se ofrecen de manera gratuita desde la Asociación Española contra el Cáncer -AECC- en cada una de las sedes que existen en toda España. En Ejea de los Caballeros existe una sede del servicio de la AECC -cuya junta está presidida por Susana Burguete-, que da servicio a esta localidad y a los pueblos de la zona: servicio de psicología y acompañamiento de los pacientes y sus familiares, nutrición y actividades voluntarias, que se complementan con un servicio de atención permanente y otros recursos y campañas encaminados a visibilizar y divulgar sobre esta enfermedad que no entiende de sexo, estrato social, edad o pensamiento. Una enfermedad que rompe familias y vidas, pero que también ha sido la argamasa que ha unido a este grupo de pacientes oncológicos que se convierten cada año en actores y actrices para sacar adelante el calendario solidario de Ejea a iniciativa de Fotografía Samper, en beneficio de la AECC.
Una familia por sorpresa
A lo largo de estos nueve calendarios son muchas las personas que se han ido acercando a Estrella para colaborar cediendo su imagen. Silvia es una de las protagonistas del calendario de 2024. Perdió a su marido a causa de un cáncer y, unos meses después, ella también fue diagnosticada en oncología. El calendario anterior participó “poco, pero con mucha ilusión; estaba recién operada, todavía llevaba los drenajes cuando hicimos la sesión de fotos, pero Estrella me ayudó con el atuendo de la temática de ese año para poder disimularlos”, confiesa. En este nuevo calendario, dedicado a la música y en el que han colaborado en las sesiones de fotos gran parte de las formaciones musicales de Ejea, Silvia aparece con su pelo, con una sonrisa, y con ilusión porque ha encontrado “una red de apoyo”. El calendario ha creado una nueva familia, un grupo de personas que se entienden con una mirada y que comparten las penas y las alegrías de cada uno de ellos “de corazón”, añade Estrella.
Alberto fue diagnosticado de cáncer de médula. Casado y con dos hijos pequeños, tuvo que dejarlos en Ejea con parte de la familia para trasladarse con su mujer a Barcelona durante más de cuatro meses antes de someterse a una operación. Este mes de diciembre, justo antes de Navidad, los marcadores han dado negativo, su psicóloga le ha dado el alta, y en su trabajo le han dicho que le esperan para incorporarse durante los primeros meses de este año. Noticias que encienden la luz en un túnel “de incertidumbre, miedo y oscuridad”.
Tanto a Silvia como a Alberto, la enfermedad les ha enseñado a valorar las pequeñas cosas del día a día, pero también les ha “abierto los ojos” respecto a la relación que mantienen con las personas de su entorno, y con la sociedad en general. “Al principio de la enfermedad, tu teléfono está abarrotado de llamadas y de mensajes, con el paso de los meses, va dejando de sonar; esto significa que estás mejor, pero también que mucha gente se va olvidando porque es imposible entender el proceso de una enfermedad así de dura si no la has padecido”, explica Alberto.
“He descubierto a personas maravillosas, con las que me he cruzado por la calle toda la vida, pero a las que, si no hubiera sido por este calendario, posiblemente, jamás me hubiera acercado a conocer”, confiesa Silvia. Y ese es el valor especial y diferencial que este grupo de personas, unidas por la solidaridad y el calendario, aporta a quienes entran a formar parte de él. “Te entiendes con una mirada, no hace falta hablar demasiado, un abrazo lo dice todo”, explica Estrella, “una esa sensación de entendimiento, de no tener que explicarte, de no sentirte diferente, que reconforta; mucho”, añade Silvia.
Personas nuevas, pacientes con cáncer diagnosticados cada año, aparecen como estrellas en las nuevas entregas de este calendario: “ojalá y no fuera así, pero cada persona nueva que viene recibe la fuerza y el cariño de los que todavía seguimos aquí”. Otras, como Leles, se han enfrentado a la cara más dura de esta enfermedad; por segunda vez, y ahora su luz, su fuerza vital, la pasión con la que vivía cada momento, y su sonrisa hacen imborrable su recuerdo en la familia del calendario que llora su ausencia, pero celebra el privilegio y la suerte de haberla conocido y vivido.
Las despedidas encienden una llama de incertidumbre y miedo entre quienes están en la misma situación; pero, al mismo tiempo, se interpretan como un “hasta pronto” porque la resiliencia y la paz que les aporta poder compartir su dolor, alimenta el motor de la supervivencia de los actores y actrices de este calendario “modesto y sin pretensiones”, que se ha convertido ya en una tradición y una terapia para ellos.
El calendario solidario promovido por Estrella Samper y su familia, hecho realidad gracias a la generosidad de decenas de pacientes con cáncer a lo largo de la última década, e impulsado por cada una de las personas que lo ha comprado; simboliza el inicio de un nuevo año en el que cada día, cada semana, cada mes, supone la posibilidad de seguir luchando contra el cáncer y de afrontar la cara mala de la vida en hermandad; pero también, y simplemente, una nueva oportunidad.
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