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El Gobierno permite cazar con 15 años y autoriza batidas en zonas no cinegéticas
Zaragoza —
Dieciocho días antes de que Luisa Fernanda Rudi firmara el decreto para disolver el parlamento regional, el Pleno de las Cortes de Aragón aprobó la Ley de Caza de Aragón, que sustituye a la de diciembre de 1992. En ella se fijan algunas novedades como la simplificación de las cargas administrativas y la posibilidad de autorizar la caza, “cuando existan terceros perjudicados”, en zonas no cinegéticas.
La legislación establece esta excepción si se han producido “daños agrícolas generados por especies cinegéticas”, en cuyo caso podrá permitir “actuaciones de control poblacional”
Para Olga García, del Partido Animalista (PACMA), el Gobierno de Aragón trata de vender esta normativa como “una cuestión de supervivencia o de amor a la naturaleza, cuando en realidad es matar por deporte y disfrutar con la muerte de un animal”. Señala que, en aras de proteger la agricultura, se elimina “la limitación de la caza del zorro, que es un animal que está en peligro en esta comunidad”.
Este animal, sostiene García, es uno de los que “más ayuda al equilibrio entre especies”; por lo que su eliminación provocará que haya una sobrepoblación de conejos y el Ejecutivo tendrá la “excusa perfecta” para autorizar métodos “muy agresivos, como es la caza con hurón”.
Lo que para García es una especie de trampantojo, supone una preocupación latente en el director general de Conservación del Medio Natural de la DGA, Pablo Munilla, que aseguró que el aumento en la edad media de las personas que cazan muestra que no se está produciendo un relevo generacional, y que eso puede ser un problema en el futuro porque los cazadores “son necesarios para el control poblacional”.
Aunque no sea algo nuevo, ya que estaba incluido en el anterior articulado, el hecho de permitir cazar a partir de 14 años (con autorización paterna en caso de ser menor de edad no emancipado), tampoco convence al PACMA. Estos han asegurado que, al igual que en el caso de la tauromaquia, “no es muy pedagógico poner un arma en manos de un niño”.
También le recuerda al recientemente aprobado reglamento de festejos taurinos, el hecho de que en la Ley de Caza se diga que tratan de “fomentar la educación cinegética, el respeto y conservación del medio ambiente, el desarrollo sostenible y el aprovechamiento racional de los recursos naturales”. Una “tremenda contradicción”, según García.
