Dos años de Mascarilla-19, la clave nacida en Canarias que convirtió a las farmacias en aliadas contra la violencia de género
Cuando se declaró el estado de alarma y el confinamiento aquel 14 de marzo de 2020, la directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero y el equipo que forma parte de este organismo pensaron cómo afectaría ese aislamiento domiciliario a las víctimas de violencia de género, que tendrían que convivir sin tregua con sus agresores. Un reciente estudio presentado por la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género ya evidenció el extremo control al que fueron sometidas las mujeres en 2020. En ese contexto, las mujeres se vieron con menos posibilidades de alertar de que sufrían esta violencia y es por ello que Mascarilla-19, la clave para dar la voz de alarma en las farmacias se hizo fundamental durante el confinamiento. La experiencia además hizo que estos espacios se convirtieran en aliados contra la violencia de género.
Fumero señala a este periódico la importancia de haber firmado este acuerdo con los colegios de farmacias y que este mismo jueves ha estado en una de las farmacias que ya van a incorporar incluso en su ticket de compra un mensaje recordando a las mujeres que si sufren violencia de género pueden dar la voz de alarma en estos espacios. “Si sufres maltrato, llama al 112 o pide en tu farmacia mascarilla-19” es el mensaje que algunas farmacias canarias ya han incluido al final de estas facturas.
En el contexto actual, la directora del ICI considera fundamental que las farmacias muestren esta sensibilización al posicionarse públicamente en contra de la violencia de género y en querer ser parte para poder ayudar a las mujeres que la sufren. “Ojalá se hiciera extensivo a otros sectores de la población”, añade, para “arrinconar al agresor y proteger a las mujeres y menores a su cargo que estén en situación de violencia de género”.
Una campaña reconocida
Cabe destacar que desde el año pasado se firmó un protocolo de actuación para dar formación específica a las plantillas de todas las farmacias y consolidar el recurso en las islas no capitalinas, y en breve se formalizarán los convenios con dos municipios canarios para poner en marcha el proyecto piloto Barrios Mascarilla con el que se quiere extender la protección a las mujeres a todo tipo de establecimientos.
Actualmente, se están desarrollando en Ingenio (Gran Canaria) y Tías (Lanzarote) las fases previas para el desarrollo de ese proyecto piloto (Barrios Mascarilla) con el que se pretende crear barrios y ciudades libres de violencia de género donde la mayor parte de la población y los diferentes espacios públicos, como ya hicieron las farmacias durante el confinamiento con el recurso mascarilla-19, se impliquen y posicionen para proteger a las posibles víctimas.
La directora remarca que cuando se diseñó esta campaña se pensó en esa situación compleja que se atravesaba y no se imaginaba que un protocolo como este se iba a extender como lo hizo por el mundo. Además, aclara que lo bueno que ha dejado la campaña, más allá de ser un recurso más para dar la voz de alarma es “además de la repercusión o impacto cuantitativo (ya que ha ayudado a 57 mujeres, pero hubiera bastado con que una lo hubiera el recurso hubiera sido útil), el cualitativo en el sentido de que se haya empezado a trabajar con profesionales de la farmacia y que estén ahí en primera línea de los barrios, cerca de las personas” y ese posicionamiento público contra la violencia de género.
Desde el ICI recuerdan que Mascarilla-19 se implementó en 12 comunidades autónomas y 20 países. La campaña globalizó la lucha contra la violencia de género y a los pocos días de su puesta en marcha, fue reconocida como un código internacional de atención a las víctimas de violencia de género durante el confinamiento. El Consejo General del Poder Judicial hizo una recomendación pública del uso de esta clave y ONU Mujeres destacó su utilidad en un informe entre otros hitos.
No es la única campaña de formación y sensibilización con profesionales que son clave y pueden ayudar a erradicar la violencia de género, ya que otro de los proyectos que tiene el ICI es el llamado JUNO, un trabajo con fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que es muy práctico y que cada vez tiene más repercusión y demanda de asistentes.
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