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CV Opinión cintillo

Se avecinan tiempos revueltos

Manuel Lubary

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Pues ya pasó la resaca de las elecciones municipales y autonómicas, en buena parte del País, y, sin entrar en valoraciones previas, ya estamos inmersos en las elecciones generales anticipadas con la incertidumbre por bandera. Sí, incertidumbre, porque pintan bastos, si se me permite utilizar el juego de naipes, ya que la ciudadanía nos ha colocado en una situación de riesgo añadido. En un juego peligroso.

La decisión de Partido Popular de coaligarse con la formación ultraderechista y de asumir buena parte de sus postulados radicales va a poner a prueba, día a día, las convicciones de la propia formación conservadora. Su vocación europeísta, sus pactos de Estado por la preservación del medio ambiente, de la lucha contra la violencia de género, de las medidas para frenar el cambio climático, del desarrollo de la Agenda 2030… temas para nada baladíes y que nos afectan directamente a la población.

Ya en marzo de este año, en la Asamblea general de la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales, celebrada en Badalona, aprobamos una resolución ante el peligro de retroceso de derechos y libertades. En efecto, la irrupción de la ultraderecha en el panorama político y mediático y su consecución de espacios parlamentarios y de gobierno tiene, ante la actual crisis socioeconómica, el peligro que se aparquen valores sociales esenciales de protección social, además del riesgo inminente de que se abracen postulados racistas, machistas, misóginos, xenófobos y homófobos con toda naturalidad. Ante cualquier retroceso en derechos adquiridos, incluido los lingüísticos, nos tendrán en frente.

Es lo que se está produciendo. Y es labor de las personas demócratas y de los partidos que se autodefinen como democráticos, sindicatos, entidades de consumidores y ciudadanas, es detener esta perniciosa construcción intolerante de la sociedad. En consecuencia, nos reafirmamos en los valores democráticos y de tolerancia que están en la esencia del movimiento vecinal desde su existencia y seguiremos defendiendo la igualdad como un derecho irrenunciable e imprescindible, que frente al machismo que mata no puede haber excusas o trabas, que hay que acabar con el patriarcado como lacra que asesina mujeres, arruina familias, barrios y municipios enteros.

Que seguiremos defendiendo que nuestras ciudades, pueblos y barrios sean lugares de encuentro y solidaridad, con vecindarios plurales y heterogéneos, donde se asuma y se integre la diferencia sin cuestionamientos y recelos. Habitar barrios dignos, seguros, sostenibles y saludables, preservando el medio ambiente, con servicios y equipamientos públicos suficientes y adecuados, rechazando cualquier posicionamiento partidista que restringa derechos democráticos o sean discriminatorios con la población vulnerable.

Dicho lo dicho, advertimos a algunas plataformas cívicas y ciudadanas cierta precipitación en la emisión de manifiestos o convocatorias de manifestaciones, tan lícitas como legítimas, ante los riesgos que anteriormente he mencionado. Pero esto no puede ser como el plato de lentejas, o las tomas o las dejas. El movimiento vecinal es participativo o no lo es. No valen pretextos de premura o prisas injustificadas. Si hemos de estar, estaremos, desde la fase inicial hasta la final y, si no, no estaremos.

Desde aquí animamos a la población, a los vecinos y vecinas, a ejercer su derecho a voto en los próximos comicios del 23J; el calor del mes de julio no debe ser una excusa, la reflexión de la gestión del Gobierno central y el programa electoral de las formaciones políticas en liza, tampoco. Y se sea consecuente con su conciencia y las 102 Propuestas que aprobamos en Asamblea General de CAVECOVA, que son las líneas maestras de nuestra actuación en esta legislatura.

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