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El PP y Vox abren la puerta a la censura en las escenas de las fallas municipales de València que no guarden “respeto”

Cuatro ninots de la falla municipal estan colocados sobre la valla perimertral de la mascletà de las Fallas 2024 en la plaza del Ayuntamiento de València. EFE/Biel Aliño

Carlos Navarro Castelló

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“Serán eliminadas aquellas propuestas que no respeten la objetividad y respeto que deben reflejar las fallas municipales de la ciudad de Valencia”. Las bases para la formalización del concurso de contratación de las fallas municipales para las fiestas de 2025 incluyen este apartado dentro de los criterios de valoración.

La medida ha generado una importante polémica puesto que tanto la oposición, en este caso Compromís y el PSPV, como diversas entidades del mundo de la fiesta tales como el Gremio de Artistas Falleros o la Federación de Ingenio y Gracia consideran que abre la puerta a la censura y que coarta la libertad creativa de los artistas a la hora de desarrollar sus proyectos.

Pero no es el único aspecto que ha generado controversia. Las mencionadas bases, las primeras que marca el nuevo Gobierno municipal del PP y de Vox desde que dirigen el Ayuntamiento, cambian la composición del jurado y además vuelven al modelo de presentación de bocetos, sin posibilidad de que los artistas puedan defender su proyecto ante el jurado, como ha venido sucediendo en los últimos años.

En concreto, las bases establecen que la documentación se presentará “en hojas de 70x 50 cm, a una cara”, con el siguiente contenido: “Boceto general; dos perspectivas de escena de falla; planta de distribución; memoria y explicación que deberá contener medidas en planta y alzado, número de ninots y de escenas, contenido y explicación”.

En cuanto a la configuración del jurado, desde el año 2016, con Compromís al frente de Junta Central Fallera (JCF), se consensuaban las bases para el proceso con el Gremio de Artistas Falleros por medio de las que se elegían una serie de entidades que eran las que designaban al miembro del jurado hasta un total de cinco miembros, con la obligación de cumplir paridad de género. Entidades como la Interagrupación o el Gremio eran habituales y cada año elegían a la persona que formaba parte del jurado.

Ahora, con el concejal del PP, Santiago Ballester, como presidente de JCF, se vuelve a un sistema similar al que había en la etapa de Rita Barberá como alcaldesa, en el que los partidos designan a los miembros del jurado. Esta modalidad recibió las críticas de la Sindicatura de Comptes por considerarlo excesivamente politizado.

Según las bases aprobadas recientemente para las fallas municipales de 2025 los comités de selección de los proyectos estarán formados por nueve componentes, siete de los cuales serán a propuesta de los grupos municipales (tres el PP, dos Compromís, uno el PSOE y otro Vox). A ellos, se suman el concejal de Fallas, del PP, como presidente del jurado y el secretario general de la Junta Central Fallera (JCF), también nombrado a propuesta de los populares.

Los cambios no han gustado en el seno de los artistas, especialmente los referidos a la presentación de bocetos y la posible eliminación de escenas. Según el maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Francisco Pellicer, “es más interesante la defensa de los proyectos ante el jurado que la mera presentación de unos bocetos, que es un modelo contra el que siempre se ha luchado desde el gremio”.

Sobre la posible eliminación de escenas, ha lamentado que “puede abrir la puerta a que se pierda crítica, a que sean fallas más blancas” y ha considerado “innecesario advertir que las escenas tienen que ser de alguna forma decorosas”. Sobre la elección del jurado, ha expuesto que es “diferente” al que había y que lo importante es que las personas que elijan los partidos sean “externas”.

En la misma línea, el presidente de la Federación de Fallas con Especial Ingenio y Gracia, Ximo Berlanga, ha afirmado: “Nunca vamos a defender que se pueda coartar el criterio de los artistas a la hora de hacer la crítica. La elección de los jurados es diferente a la que había, lo que sí sabemos es que la que había antes sí que gustaba. Es una pena que no haya un consenso en estos temas y que al final todo se politice”.

El presidente de la Interagrupación de Fallas, Fernando Manjón, quien puntualiza que no puede hablar en nombre de la entidad porque no entran a valorar los temas de gestión municipal, ha comentado que “quizás es un poco precipitado hacer valoraciones cuando aún no se ha designado el jurado ni se han elegido las fallas”. Manjón se ha mostrado contrario a cualquier tipo de censura porque siempre tiene que haber “un componente de crítica y de satírica que te saque una sonrisa”, pero ha considerado que hay temas que son “muy sensibles y dolorosos socialmente” y por lo tanto entiende que lo que hacen las bases es simplemente establecer “una filosofía”. Sobre la composición del jurado ha afirmado que le parece “más democrático que cada partido pueda elegir los miembros en función de su representación a que lo proponga en exclusiva el partido que gobierna”.

Compromís impugna las bases y el PP se defiende

El concejal de Compromís y expresidente de JCF, Pere Fuset, ha anunciado la presentación de un recurso para impugnar las nuevas bases de la alcaldesa María José Català para las Fallas por la “descarada politización” y la “censura” establecida en ellas: “Creemos además que este proceso tiene muchos visos de ser una presunta farsa. No podemos permitir este desprecio de Catalá a la esencia de las Fallas y al trabajo y libertad de expresión de los artistas falleros cambiando un jurado independiente de artistas y colectivo fallero como el que se consensuó con el Gremio desde 2016, por uno de cuota política, donde 7 de los 10 miembros representaran a PP y Vox”.

Según Fuset, se trata “de contratos públicos que suman casi 300.000 euros entre la falla grande y la infantil y se han de regir con la mayor pulcritud, por eso en base la auditoria de la Sindicatura de Comptes de la Generalitat Valenciana que cuestionaba la politización del jurado vigente hasta 2015, existen motivos para la impugnación”. El edil ha pedido a Català que paralice el proceso actual, que se escuche “las criticas del Gremio de Artistas Falleros”, y que adapte las bases para que el jurado sea independiente y exclusivamente artístico y que no establezca límites a la sátira que son en realidad “censura política”.

Fuset ha afirmado que “la limitación de la crítica y la sátira que la propia Catalá ha defendido es también una amenaza a las Fallas como Patrimonio de la Humanidad ya que este aspecto es crucial en el expediente de protección de la Unesco” y ha añadido: “Con este proceso el PP quiere dar un puñetazo encima de la fiesta para dejar claro que han vuelto y potenciar el clientelismo, la sumisión y la autocensura en la fiesta. Nos hacen retroceder y quieren dejar claro al colectivo fallero que ellos, que tienen premios y subvenciones en su mano, son los que mandan”.

Desde el PSPV, la concejala Nuria Llopis ha cargado también contra el nuevo modelo de elección de las fallas municipales y, al respecto, ha manifestado que el jurado debe ser “independiente” y estar conformado por “personas expertas en el mundo del arte y en las fallas en sí”. “Las fallas que son de todos tienen que tener la esencia de la crítica y la sátira”, ha defendido. Al mismo tiempo, ha acusado al PP de implantar una “censura” en el mundo fallero, así como en “todos los ámbitos municipales”.

La alcaldesa de València, María José Catalá, y el concejal de Fallas, Santiago Ballester, han negado que exista “censura” en el nuevo modelo de composición del comité de selección de los proyectos de las fallas municipales de 2025, frente a las críticas de la oposición.

Catalá ha justificado ese cambio de modelo respecto a los últimos años tras la “polémica que suscitó” estas pasadas fiestas la falla municipal, obra de los artistas Escif y Pere Baenas. “Hubo determinadas comunidades que se sintieron ofendidas, hasta el punto de que el artista fallero me solicitó el día de antes de la 'Cremà' que algunos ninots fueran indultados”, ha asegurado.Pese a ello, ha defendido que con esta nueva fórmula “no se pretende en ningún momento, ni mucho menos, coartar la libertad de expresión y la libertad artística y de creación”, puesto que, para Catalá, queda “fuera de toda duda” y es “bueno” que la falla municipal “sea crítica, irónica y aborde cualquier tema y problemática social”.

No obstante, ha matizado que a partir de ahora pretenden que desde el monumento municipal “no pueda sentirse ninguna persona ofendida”, como, a su juicio, ha ocurrido este año. “Yo creo que esto no se debería repetir. Por tanto, tiene esa voluntad, ni más ni menos”, ha insistido.

Ballester ha negado que sean “los políticos quienes vayan a elegir la falla municipal” y ha insistido en que cada grupo municipal “delegará en quien corresponda”, ya sean artistas falleros o diseñadores, por ejemplo, de manera que sean estos “los que elijan” el monumento que se plantará en la plaza del Ayuntamiento.

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