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Biden se compromete a aumentar el suministro de gas licuado a Europa para limitar la dependencia rusa

El presidente de EEUU, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
25 de marzo de 2022 10:38 h

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Hay dos caminos para acabar con la dependencia del gas ruso, explica la Comisión Europea: cambiar de proveedores y reducir el consumo de combustibles fósibles acelerando la transición energética a las energías renovables. Así, este viernes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el presidente de EEUU, Joe Biden, han presentado un acuerdo que incide en la sustitución de proveedores. Es decir, que la Casa Blanca se compromete a aumentar la cantidad de gas licuado que suministra Estados Unidos. Hasta ahora, la UE compraba unos 22.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural licuado a EEUU. Y, según el acuerdo anunciado este viernes, EEUU se compromete a aumentar esa cifra en 15.000 millones durante 2022, y en otros 50.000 millones de metros cúbicos anuales de aquí a 2030.

 La UE importa anualmente 155.000 millones de metros cúbicos de gas ruso, unos 15.000 de ellos de gas natural licuado. Y el compromiso de la Comisión Europea, anunciado el pasado 8 de marzo, consistía en intentar reducir en dos tercios la dependencia de gas a lo largo de este año como primer paso a acabar con las compras rusas. Cada día, Europa paga 600 millones por el gas importado de Rusia.

Según informa la Comisión Europea, “EEUU y la UE se comprometen a cumplir los objetivos del Acuerdo de París, lograr el objetivo de cero emisiones netas para 2050 y mantener un límite de 1,5 grados centígrados en el aumento de la temperatura a través de una transición de energías limpias y renovables, y de la eficiencia energética. Estas políticas y tecnologías también contribuirán a que la UE sea independiente de los combustibles fósiles rusos. El gas natural sigue siendo una parte importante del sistema energético de la UE en la transición verde al garantizar que el carbono disminuya con el tiempo”.

Así, Estados Unidos y la Comisión Europea se comprometen a crear un grupo de trabajo conjunto sobre la seguridad en el suministro energético presidido por un representante de la Casa Blanca y un representante de la presidenta de la Comisión Europea.

De acuerdo con lo pactado, “Estados Unidos se esforzará por garantizar, también con socios internacionales, volúmenes adicionales de gas natural licuado (GNL) para el mercado de la UE de al menos 15 bcm [15.000 millones de metros cúbicos] en 2022, con aumentos en el futuro”.

Así mismo, “Estados Unidos y la Comisión Europea emprenderán esfuerzos para reducir la intensidad de los gases de efecto invernadero de todas las nuevas infraestructuras de GNL y los gasoductos asociados, con el uso de energía limpia, la reducción de las fugas de metano y la construcción de infraestructuras preparadas para el uso de hidrógeno limpio y renovable”.

Además, “Estados Unidos se compromete a mantener un entorno regulatorio propicio para permitir cualquier capacidad adicional de exportación de GNL necesaria para cumplir con este objetivo de seguridad de suministro de emergencia y apoyar los objetivos europeos de terminar con la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos para 2027”.

La Comisión Europea, por su parte, se compromete a trabajar con los gobiernos de los Estados miembros “para acelerar sus procedimientos regulatorios para la importación de GNL, incluir instalaciones en tierra y tuberías utilizando unidades de regasificación de almacenamiento flotante y terminales fijas de importación de GNL”.

El Ejecutivo comunitario también afirma que “trabajará con los Estados miembros y los operadores del mercado para agrupar la demanda a través de una nueva plataforma de energía europea para los volúmenes adicionales entre abril y octubre de 2022. La Comisión Europea trabajará con los Estados miembros para garantizar una demanda estable de gas natural licuado estadounidense adicional hasta al menos 2030 de aproximadamente 50 bcm/año, en el entendimiento de que la fórmula de precios de los suministros de GNL a la UE debe reflejar los fundamentos del mercado a largo plazo, y estabilidad de la cooperación del lado de la demanda y la oferta, y que este crecimiento sea consistente con nuestras metas compartidas de emisiones cero netas”.

Bruselas recuerda que está preparando un marco regulatorio para la seguridad del suministro energético y el almacenamiento: “La Comisión Europea ha propuesto un reglamento para garantizar que el almacenamiento sea del 90% de su capacidad antes del 1 de noviembre de cada año, con disposiciones específicas de incorporación paulatina para 2022”.

Además de la vía del cambio de proveedor, EEUU y la UE se comprometen a “reducir la demanda general de gas mediante la aceleración de energía limpia: aumentar los dispositivos de respuesta a la demanda (como termostatos inteligentes) y el despliegue e instalaciones de bombas de calor, escalar la adquisición de equipos de energía limpia, invertir en tecnologías innovadoras y cambiar el combustible de los combustibles fósiles; acelerar la planificación y aprobación de proyectos de energía renovable y cooperación energética estratégica con tecnologías eólicas marinas; acelerar el despliegue de tecnologías de energía limpia, incluida una expansión de la energía solar y eólica; avanzar en la producción y el uso de hidrógeno limpio y renovable para desplazar los combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con inversión en el desarrollo de la tecnología y la infraestructura de apoyo”.

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