El Parlamento Vasco se prepara para una comparecencia de Urkullu sobre la crisis del coronavirus
El Parlamento Vasco está preparando una próxima comparecencia del lehendakari, Iñigo Urkullu, ante la diputación permanente -el organismo de retén entre legislaturas- para explicar su gestión en la crisis sanitaria del coronavirus. La cita tendrá lugar previsiblemente el próximo lunes y será especial por tres motivos. Por un lado, la Cámara está formalmente disuelta a pesar de la anulación de las elecciones del 5 de abril y la oposición había demandado más poderes para controlar la acción del Ejecutivo en un momento crítico. Por otro lado, se tiene que diseñar todo un dispositivo para que, aunque la cita sea presencial, se garanticen las medidas de higiene y salud. Y, finalmente, se da la circunstancia de que los portavoces de PP y Elkarrekin Podemos, Alfonso Alonso y Lander Martínez, son líderes políticos que han dimitido de sus responsabilidades y que podrían tener que regresar a sus puestos.
La Mesa de la Cámara, reunida este martes a través de la aplicación para videoconferencias Jitsi Meet, ha aceptado la propuesta de EH Bildu de que el Gobierno dé explicaciones sobre el coronavirus. En las próximas horas se tendrá que determinar el formato de la sesión parlamentaria, pero se da por descartado un debate telemático por razones tanto técnicas -los servicios informáticos no lo consideran factible- como reglamentarias -el artículo 90.1 alude a la presencia efectiva de los aforados para que haya quórum-. Así las cosas, lo más probable es que se habilite el salón de plenos para que los pocos asistentes puedan mantenerse distanciados. No habría tampoco ujieres y se buscan mecanismos para evitar la imagen de un limpiador desinfectando la tribuna tras cada intervención, como en el Congreso. Ningún partido se ha opuesto a la comparecencia y el propio lehendakari se ha mostrado dispuesto a dar explicaciones a la oposición “con transparencia”.
En el trasfondo de esta comparecencia se encuentran también las quejas verbalizadas por la oposición sobre el papel del Parlamento. La Cámara quedó disuelta a principios de febrero por la convocatoria de elecciones y la diputación permanente sólo se reúne en momentos muy concretos y extraordinarios, como fue el debate sobre el vertedero de Zaldibar. La anulación de los comicios por el coronavirus no ha supuesto que el Parlamento elegido en 2016 recupere sus poderes y algunos grupos, principalmente EH Bildu, querían articular mecanismos para que la diputación permanente tuviera más capacidades. No hay ningún acuerdo al respecto en la Mesa y, de hecho, la paralización de plazos administrativos por el estado de alarma está demorando la entrega de algunos informes solicitados por la oposición en la Cámara, que principalmente ha formulado peticiones sobre Zaldibar, sobre el coronavirus y sobre las contrataciones a Montai.
Preguntado por la comparecencia, Urkullu ha manifestado ante los medios de comunicación que está “a disposición” de lo que decida el Parlamento. Sin embargo, ha indicado que el Gobierno ya ofrece “información permanente” mediante ruedas de prensa y también en sus reuniones de trabajo con portavoces de la oposición. La consejera de Salud, Nekane Murga, por ejemplo, mantendrá una nueva ronda de contactos este miércoles del estilo de la que ya tuvo lugar hace unas semanas. El propio lehendakari mantuvo otro encuentro con todos los partidos para acordar la suspensión de las elecciones.
El lehendakari se ha referido también a sus relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez, que ejerce el mando único de coordinación del estado de alarma. En un primer momento, el Ejecutivo vasco llegó a hablar de un 155 encubierto al asumir el Estado el control de Sanidad o Seguridad y el poder de movilizar al Ejército. Ahora ha querido dejar claro que la comunicación es “diaria” y que no tiene nada que objetar a la prórroga del estado de alarma que votará el Congreso siempre que se fundamente en razones de salud pública. No obstante, sí ha dejado caer que su interlocución con el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, no va más allá de las reuniones formales del denominado LABI, el gabinete de crisis que gestiona la emergencia sanitaria en Euskadi y en el que tiene un asiento el Gobierno central.
Urkullu ha realizado estas consideraciones tras presentar un paquete de medidas de choque para paliar la situación generada por el coronavirus, unas iniciativas aprobadas en el Consejo de Gobierno semanal. Son un total de 841 millones de euros: 200 para reforzar Osakidetza, 586 para empresas y 55 para ayudas sociales y a las familias.
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