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Objetivo: doce senadores para un grupo valenciano de progreso

Un pleno del Senado.

Adolf Beltran

Si no se suman a una plataforma más amplia, los socialistas valencianos corren el riesgo de perder en las elecciones generales del 26 de junio toda su representación en el Senado (solo les quedaría el expresidente Joan Lerma como senador autonómico). En las elecciones del 20 de diciembre pasado perdieron a manos de Compromís-Podemos su representación por la circunscripción de Valencia y lograron mantener por los pelos otros dos senadores en Alicante y Castellón, donde la coalición no incluyó, por cuestiones de ahorro, la papeleta del Senado en sus envíos a todos los electores. Con una candidatura al Congreso como la que se perfila en las próxima elecciones, que incluirá con mucha probabilidad también a Esquerra Unida en esa coalición, el peligro de que el sorpasso se complete también en el Senado es acuciante para el PSPV-PSOE.

Razones partidistas aparte, la motivación de más envergadura, sin embargo, es de fuerte calado político. Fuentes de la dirección socialista aseguran que articular una candidatura conjunta al Senado con Compromís, Podemos y Esquerra Unida “es una posibilidad” que se está barajando. El objetivo sería constituir un grupo valenciano en la Cámara Alta. “Reforzaría la posición valenciana en un espacio de vocación territorial como es el Senado”, indican.

También en Compromís manejan esa posibilidad. La coalición valencianista ha celebrado este martes una reunión de su ejecutiva con la elección de sus negociadores en el orden del dia. “No hay una propuesta formal”, coinciden, tras resaltar que los contactos con el resto de fuerzas implicadas son, en principio, favorables.

El presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra, de Compromís, tienen mucho que decir sobre una propuesta que, caso de prosperar, “trasladaría el acuerdo de gobierno del Botànic para llevarlo al Senado”.

Con los resultados de las elecciones generales de hace cinco meses en la mano, la maniobra, -que generará resistencias en el PSOE y puede abundar en la polémica interna del Bloc (principal partido de Compromís) de cara a su inminente congreso-, propiciaría un vuelco en el reparto de escaños para el Senado. Los candidatos de este acuerdo de fuerzas progresistas se situarían con mucha probabilidad por delante de los del PP, lo que permitiría copar tres puestos por cada circunscripción valenciana. Esos nueve parlamentarios, junto a los senadores de representación territorial elegidos por las Corts Valencianes (Lerma por el PSPV-PSOE, Carles Mulet por Compromís y Pilar Lima por Podemos), permitirían crear un grupo valenciano en la Cámara Alta de 12 integrantes, que se situaría como cuarto grupo del Senado, por detrás del Popular, el Socialista y el de Podemos, y por delante de los grupos catalanes de Convergència y ERC y del Grupo Vasco. “Sería uno de los grupos más importantes del Senado”, señalan desde la dirección socialista.

Si esas no fueran ya buenas razones para plantearse el asunto, la posibilidad de reducir de 11 a cinco la representación del PP valenciano en la Cámara Alta es otro motivo para pensar bien cómo concurrir a los nuevos comicios. Desbordados por la nueva plataforma, los candidatos del PP tendrían que conformarse con la cuarta plaza al Senado por cada circunscripción, lo que rebajaría en seis senadores su representación y la dejaría en cinco (el PP tiene dos senadores territoriales: Rita Barberá y Alberto Fabra). Ese cambio en el reparto podría contribuir a minar la mayoría de bloqueo del PP en el Senado en un periodo que se supone de importantes reformas políticas y constitucionales.

La “posibilidad” está ahí y las formaciones llamadas a articular esta suerte de nueva versión de la “vía valenciana” tienen tasado el tiempo para tomar decisiones. El viernes 13 de mayo es el límite legal para inscribir las candidaturas.

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