El Ayuntamiento de Madrid evita aclarar si regaló la marca Naviluz a Alsa
La privatización del bus más famoso de la Navidad en Madrid ha sido uno de los temas que han protagonizado este lunes la comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento. El Grupo Municipal Más Madrid ha preguntado al delegado del área por las quejas de usuarios durante el primer fin de semana de circulación del Naviluz, el encarecimiento del servicio y la cesión de la marca a Alsa por parte del Consistorio.
Al inicio de la comisión, Esther Gómez Morante, concejala de Más Madrid, ha intentado conocer la opinión de Borja Carabante al respecto. Sin embargo, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ha esquivado las preguntas. “La opinión de este servicio que es privado la deben dar los clientes”, ha asegurado.
Tal y como ha explicado la concejala de Más Madrid, el Naviluz era la atracción turística más solicitada de la capital y agotaba entradas para sus autobuses de dos pisos según se ponían a la venta, pero desde que en 2019 Alsa comenzó a gestionar el servicio su popularidad no ha hecho más que descender. Aunque la clave de la pregunta emitada por el grupo de la oposición no tenía tanto que ver con las quejas del autobús o su encarecimiento, sino con el uso de la marca municipal por parte de la empresa de transportes desde 2022.
Alsa lleva desde entonces utilizando el logo y la denominación del Naviluz de forma indiscriminada. De hecho, tal y como pudo comprobar este periódico hace unas semanas, en el registro no figura que se haya producido ningún cambio en la titularidad de la marca, que sigue siendo propiedad de la EMT hasta 2027.
La concejala de Más Madrid ha intentado conocer cuál es el instrumento jurídico que han utilizado desde el Ayuntamiento para ceder la marca a Alsa, ya que en ningún sitio figura cómo se ha hecho y si el Consistorio lo ha hecho de forma gratuita o ha cobrado algo por ello. Carabante ha evitado responder en todo momento a las preguntas referentes a la cesión de la marca Naviluz y no ha concretado nada al respecto.
Para evadir las preguntas de Gómez Morante, el delegado ha respondido con un ataque al Gobierno central: “Es francamente sorprendente que a la izquierda le preocupe el precio de los autobuses navideños más que la subida en los precios de Cercanías a partir del 1 de enero. Les da lo mismo que hoy Cercanías haya estado cortado una hora”. Carabante ha recriminado a la concejala de Más Madrid que se “entretengan con las luces” cuando “tendrían que trabajar por el transporte público”.
Sobre la privatización del servicio ha explicado que cuando Almeida llegó al Ayuntamiento de Madrid en 2019 tuvieron que escoger entre tres alternativas porque el autobús que ofrecía el servicio navideño tenía 18 años y les parecía “un insulto a los madrileños” continuar usándolo. Entre las opciones se encontraba continuar operando con este mismo bus, destinar dos millones de euros para comprar autobuses nuevos para ver las luces o ceder el servicio a una empresa privada. La primera se descartó desde un primer momento, al igual que la segunda, ya que según indica el delegado “había prioridad para renovar los autobuses de la EMT”. Finalmente, la elegida fue la tercera opción: privatizar el Naviluz.
Carabante ha insistido en que el transporte turístico de España está liberalizado y considera que la popularidad del autobús navideño se mantiene a pesar de los últimos cambios: “Fijense en el éxito que tiene, no paran de venir personas a la ciudad”. Al finalizar su intervención, la concejala ha interpelado al delegado buscando una respuesta a la cesión de la marca Naviluz a Alsa pero no le han permitido debatir al respecto.
Precios más altos, retrasos y recorridos reducidos
La cesión de la marca a Alsa y la privatización del servicio no es el único aspecto que ha resaltado la concejala de Más Madrid durante su intervención. La llegada de Almeida al Ayuntamiento de Madrid trajo una importante escalada de precios, además del cambio en el sistema de gestión.
El coste de los billetes pasó de los cuatro euros en los que se fijó durante las últimas Navidades de Carmena en el cargo a seis en 2021 y siete en 2022. Este 2024 subir al Naviluz cuesta diez euros, un precio muy parecido al del resto de operadores que ofrecen un servicio similar en Madrid.
No solo se ha encarecido el precio, también ha habido un notable descenso en la calidad del servicio. Este 2024, durante su primer fin de semana de circulación, el autobús navideño registró retrasos de más de una hora que generaron un absoluto caos en la parada de la calle Felipe IV desde la que se inician los viajes.
Además, los pasajeros denunciaron un claro descenso en el trayecto de 50 a 25 minutos y unas condiciones pésimas agravadas por el frío y la velocidad del autobús en zonas donde los árboles y farolas podían ser un peligro. Los trabajadores no fueron capaces de dar ningún tipo de explicación y Alsa no ha ofrecido bonificación alguna a los pasajeros que han reclamado el importe de sus billetes, ciñéndose únicamente a pedir disculpas.
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