El Rey Lagarto abdica: una nueva baja en la noche rockera de Malasaña
“Nos da mucha pena, pero os tenemos que comunicar que este finde es el último del Reyla. Muchas Gracias por vuestro apoyo todos estos años. Tenéis de miércoles a sábado para echaros los últimos bailes con nosotros”. Con este lacónico mensaje, publicado en su página de Facebook, El Rey Lagarto ha anunciado su cierre definitivo.
La despedida anuncia otra baja en una Malasaña cada vez menos rockera, que pierde uno de sus puntales más veteranos, donde era posible escuchar un arco musical muy variado, desde pop hasta heavy metal, pasando por el punk, powerpop, noiserock, grunge, garage, industrial o neopunk.
Con un nombre inspirado en el poema de Jim Morrison y ubicado en pleno corazón de Malasaña, una pintura característica (ya desaparecida) marcaba su entrada en el número 14 de la calle Palma. El Rey Lagarto se hizo fuerte mientras muchos locales cambiaban a su alrededor, convirtiéndose en garito de referencia para muchas generaciones gracias a su música de fuertes guitarras y a sus asequibles precios de bebidas, servidas a veces en tercios y minis. El último en cerrar de los de su generación fue el Angie (hoy convertido en una taberna de nuevo cuño), a pocos metros. Aún aguantan abiertos el Cimmeria o La Vaca Austera, también en la misma calle.
Por el momento, nada se sabe sobre el porqué de su adiós. Quizá guarden el secreto de su cierre para irlo desvelando desde detrás de la barra a cada cliente que muestre interés por conocerlo y pregunte tras pedir una copa. Contando esta noche, cuatro días le quedan de reinado a este lagarto rockero que ha decidido abdicar.
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