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El Ayuntamiento dejará sin cenas a 200 personas necesitadas al prohibir a una asociación de Lavapiés repartir comida cocinada

Beneficiarios del reparto diario de comida preparada de Plaza Solidaria

Antonio Pérez

18 de junio de 2021 00:31 h

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Plaza Solidaria es una asociación formada por vecinos de Lavapiés que lleva desde 2012 preparando y repartiendo cenas calientes entre personas que viven en la calle o que se encuentran en exclusión social, con el entorno de Tirso de Molina como zona principal de acción. Sus voluntarios cocinan en sus propias casas los alimentos que entregan a diario a los beneficiarios de este servicio, que en los últimos meses se viene prestando desde el número 20 de la calle Olmo, un espacio cedido a este colectivo por Izquierda Unida y donde cada noche, desde las 19 horas, se dan 200 comidas calientes.

Ahora, una orden de la inspección de Salud de la Junta Municipal de Centro ha prohibido a esta asociación continuar con su labor tal y como la viene desarrollando desde hace nueve años. En un acta entregada el pasado día 10, se les ha advertido de que no pueden repartir alimentos cocinados en los domicilios particulares de sus voluntarios y que sólo estarían autorizados a entregar “alimentos que requieran poca manipulación”, tipo “bocadillos o sandwiches”, algo que desde Plaza Solidaria consideran insuficiente para personas que, en muchas ocasiones, tienen como comida principal del día la que ellos le entregan.

Desde Plaza Solidaria indican que exigirles un control sanitario estricto de la comida preparada que reparten es como si cuando un amigo nos invita a cenar a su casa le pidiéramos que nos mostrara ese mismo control y denuncian que, amparándose en la normativa, lo que el Ayuntamiento está haciendo es boicotear una actividad que ellos realizan haciéndose cargo de una labor asistencial que, en realidad, correspondería cubrir a las distintas administraciones. Por ello, no conformándose con la prohibición, reclaman al Ayuntamiento “alternativas para no dejar a 200 personas al día sin cenar”, algo que escenificarán el próximo lunes, a las 20 horas, en una concentración en la plaza de Tirso de Molina.

A raíz de una primera inspección del departamento de Salud al número 20 de la calle Olmo, desde donde Plaza Solidaria opera desde el pasado octubre, efectuada hace un par de meses, todos los cocineros voluntarios de la asociación se sacaron el carnet de manipulación de alimentos y la asociación procedió a realizar control de temperatura de las comidas que entregaba, una planilla en la que refleja su trazabilidad y pequeños cambios en las instalaciones del local.

En la inspección del día 10, aún reconociendo estos avances, Salud dejó claro que no eran suficientes y entregó un informe jurídico del Ayuntamiento en el que se advertía que “este tipo de actividad por su volumen (número de raciones), frecuencia (diaria) y características de las comidas (requieren temperatura regulada) debe cumplir la normativa higiénicosanitaria” vigente, por lo que no permitía el reparto de alimentos tal y como se viene realizando.

“Son comidas completas como arroz con pollo, pasta con verduras, pasta bolognesa, barbacoa, etc. Por tanto son alimentos de alto riesgo biológico porque además requieren mantenimiento en frío o en caliente”, indica el inspector de Salud que firma el informe al que ha tenido acceso Somos Madrid.

El acta de inspección también refleja que “no se aporta licencia urbanística que ampare la actividad”, en referencia al local desde donde se está efectuando el reparto. En este sentido, Plaza Solidaria alega que tanto esta asociación como el resto de colectivos de la zona de Lavapiés que actúan como despensas solidarias, y que durante los meses más duros de confinamiento y pandemia se agruparon en la plataforma La CuBa, han estado solicitando a la Junta del distrito Centro y a su concejal, José Fernández, espacios municipales adecuados para desarrollar su labor y que , sin haber logrado su objetivo, estas redes de apoyo vecinal no han tenido más remedio que buscar locales por sus propios medios, toda vez que consideran que las ayudas sociales de la administración no están llegando a todas las personas que la necesitan y que, por lo tanto, su trabajo sigue siendo indispensable.

Desde hace unos días, Plaza Solidaria sólo está repartiendo bocadillos a quienes acuden a por comida a la calle del Olmo y prevén dejar de hacerlo esta misma semana. Florencia González, miembro de la asociación, asegura que incluso les han puesto problemas para entregar la comida que cada jueves les donan tres restaurantes de la zona -uno dedicado a elaborar comidas preparadas envasadas- y que está elaborada con toda la seguridad que se le presupone a una cocina profesional. La inspección les ha pedido “albarán que registre el origen de esas comidas”, dejando anotado que “presentan deficiencias de etiquetado” y que no figuran ni responsables ni registro sanitario en las mismas.

González habla abiertamente de persecución y de acoso hacia la actividad que realiza Plaza Solidaria, cuya misma existencia corre peligro. “Nos han dicho que aunque abandonemos el local de la calle del Olmo nos van a estar vigilando. No vamos ni a poder volver a Tirso de Molina a dar comida. Después de tanto tiempo, hemos establecido un vínculo muy personal con muchos de nuestros usuarios y nos están obligando a dejarlos tirados sin alternativa alguna. Es algo que no podemos consentir”.

Desde la Junta Municipal de Centro, a través de su departamento de prensa y a instancias de este periódico,  afirman que “es una cuestión sanitaria exclusivamente lo que exige el Ayuntamiento como autoridad responsable de la inspección sanitaria” y que “nuestro departamento de salud ha ido a hacer inspecciones, como a cualquier local/restaurante que reparte comida”.

Al mismo tiempo, indican que la presencia de técnicos del Ayuntamiento en las instalaciones de Olmo 20 se produjo en respuesta a las “quejas de los vecinos por suciedad, presencia de mucha gente y muchos sin mascarilla, interpelación a los vecinos, etc” y que es Plaza Solidaria, “conocedora de que no cumple las medidas sanitarias necesarias, la que decide no proseguir con su labor”.

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