Javier Gómez: “¿El cupo? No pedimos nada más que se calcule bien y, si tenemos que pagar más, tendremos que pagar más”
Javier Gómez Calvo es responsable de Organización de Ciudadanos en Euskadi, coordinador del partido naranja en Álava y candidato a diputado general en esta provincia. Es, posiblemente, la persona con más probabilidades de obtener representación en Euskadi en su formación, lo que motiva esta entrevista. Aquí, muy al contrario que en Cataluña, este partido es una organización muy pequeña que ha sorteado no pocas crisis internas y que en los comicios locales de 2015 apenas sacó la cabeza. En su propaganda política, Ciudadanos recurre constantemente a imágenes de Albert Rivera e Inés Arrimadas para atraer el voto. También tienen el apoyo de una ex del PSE-EE y de UPyD, Maite Pagazaurtundua, fichada para las europeas. Gómez asegura que “las perspectivas son buenas” y considera al suyo el único partido alternativo al nacionalismo vasco.
¿Quién es Javier Gómez? ¿Qué objetivos tiene en esta campaña?
Javier Gómez es un investigador posdoctoral de la Universidad del País Vasco, un historiador afiliado a Ciudadanos desde finales de 2014. Y mi objetivo es situar a Ciudadanos como alternativa al nacionalismo vasco en Álava.
En 2015, Ciudadanos ya se presentó a las elecciones. Lograron un juntero en Álava, un concejal en Getxo y otro en Laguardia. ¿Cuáles son las perspectivas ahora?
Las perspectivas son buenas. Nuestras expectativas de cara a estas elecciones son buenas porque Ciudadanos es un partido en constante crecimiento. Elección tras elección es un partido en ascenso. Nosotros creemos que Ciudadanos es la única alternativa, el único voto útil para articular una alternativa y liderar esa alternativa al nacionalismo vasco. Y afrontamos esta campaña con la ilusión de conseguirlo.
¿También en Euskadi hay ese crecimiento constante?
En Euskadi nos hemos enfrentado recientemente a un envite muy serio para una posición centrada y moderada como es en la que se mueve este partido. Y hemos aguantado ese envite en circunstancias muy difíciles en las que la izquierda ha buscado agitar el fantasma de Vox para movilizar a su electorado. En circunstancias -como digo- complejas y muy complicadas para nosotros, hemos conseguido por lo menos mantener los resultados de las ocasiones anteriores y, de hecho, hemos conseguido remontar el resultado que obtuvimos en 2016 en las últimas elecciones autonómicas, que fue la última vez que se llamó a los ciudadanos a las urnas en Euskadi.
En el caso concreto de las Juntas Generales de Álava, el juntero electo en 2015, Miguel Ángel Carrera, fue expulsado. Ahora se presenta por el PP.
Nos gustaría que todos los partidos políticos obraran como nosotros hicimos en aquella ocasión cuando uno de sus cargos electos tuviera un comportamiento que fuera reprobado por su partido y no cumpliera los compromisos adquiridos previamente tanto con la ciudadanía como con el resto de los partidos. En cuanto al caso, el partido, a nivel nacional, decide abrir un expediente, esa persona es expulsada y se mantiene en el cargo. No cumple su compromiso y se queda dentro de las Juntas Generales. Casos de corrupción como los ERE o como la Gürtel o la Púnica se habrían evitado si los partidos hubieran tenido con sus cargos electos y con personas dirigentes el comportamiento que nosotros tuvimos.
El PP ha insistido en las generales –y lo vuelve a hacer ahora- en apelar al voto útil en el centro-derecha, especialmente en Álava.
Sinceramente, creo que el verdadero voto útil es Ciudadanos. Ciudadanos es el único partido al que creo que resulta complicado que se le cuestione sobre qué pactos va alcanzar posteriormente a las elecciones. Porque todo el mundo sabe que Ciudadanos nunca va a articular mayorías y nunca va a facilitar la gobernabilidad de ningún partido nacionalista. Al PP, a su candidato a las Juntas Generales de Álava, en una entrevista en este mismo medio, le podíamos leer que su aspiración es volver a buscar mayorías junto al PNV. Nosotros nos presentamos precisamente para liderar una alternativa al PNV y al nacionalismo vasco.
¿Habría que eliminar el Concierto Económico vasco?
Ciudadanos no está en eso. Nunca ha defendido eliminar el Concierto vasco. Ciudadanos lo que defiende es la igualdad, la igualdad de derechos de todos los españoles y la igualdad también fiscal. Ciudadanos apuesta por un cálculo justo del Cupo, que sea efectivamente un cálculo y que no sea fruto de una negociación. Ciudadanos no cuestiona el Concierto Económico en tanto en cuanto está constitucionalizado desde 1978 y Ciudadanos un partido profundamente constitucionalista. Sé que hay otros partidos que nos quieren situar ahí obviando lo que nosotros decimos, lo que nosotros creemos y lo que nosotros defendemos. Eso ya no es una cuestión nuestra. Nosotros hemos lo hemos dicho claramente repetidas veces y hay partidos que ignoran lo que decimos.
¿Cree también, como ha repetido Albert Rivera, que Euskadi disfruta de un ‘cuponazo’?
Lo más sencillo para todos sería que el Cupo, como derivación del propio régimen fiscal propio del Concierto Económico, se calculara por expertos, por técnicos fiscales, y no fuera fruto de negociaciones aritméticas parlamentarias en Madrid. Entre el PNV y el PP antes y ahora con el PSOE. Nos gustaría que simplemente obedeciera a un cálculo. Y si tenemos que pagar menos, pagaremos menos. Simplemente que ese cálculo sea un criterio técnico y no un cálculo político, una negociación política.
Decir ‘cuponazo’ repetidamente no sugiere precisamente que ustedes planteen que Euskadi pague menos al Estado.
Los técnicos. Ésa es la clave. Los técnicos de Hacienda, como le digo, reprobaron el cálculo fruto de la negociación de 2017 entre el PNV y el PP. Fueron los técnicos de Hacienda los que le dijeron al entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se estaba equivocando. No lo digo yo, que no soy experto en fiscalidad. Lo dicen las personas que asesoraron en aquel momento al ministro de Hacienda y que elevaron un informe al Gobierno, algo a lo que el Gobierno del PP hizo caso omiso.
¿En el modelo de Estado de Ciudadanos caben las Diputaciones forales y las Juntas Generales?
Por supuesto. Nunca hemos cuestionado ni las Juntas Generales ni las Diputaciones forales. En ningún caso.
Ha sido bastante polémico el pacto con UPN en Navarra, con un partido de marcado foralismo. ¿Es coherente?
En Navarra, lo que hemos buscado es articular una mayoría alternativa al nacionalismo vasco. Estos cuatro años han sido desgobierno y de imposición identitaria de EH Bildu junto a la marca navarra de Podemos y Geroa Bai, la marca navarra del PNV. Es articular frente al nacionalismo otra alternativa, una mayoría natural constitucionalista. Y para eso todos hemos tenido que ceder. Un pacto es cesión. Un pacto es acordar con diferentes, con gente con la que tienes en común muchas cosas pero de las que te pueden separar alguna.
¿Pactaría con EH Bildu?
No. Nunca.
¿Ni siquiera en temas sectoriales?
Lógicamente, en la dinámica parlamentaria, si en un Ayuntamiento EH Bildu propone reformar una plaza para poner unos columpios y todos los partidos presentes estamos a favor, lógicamente, cualquier partido lo va apoyar. Pero nunca llegaremos a ningún acuerdo con EH Bildu para pactar absolutamente nada. Otra cosa es que en una dinámica parlamentaria tú no puedes dejar de apoyar o dejar de votar a favor de algo de sentido común.
¿Y con el PNV?
Con el PNV... Como le digo, nosotros no venimos a pactar con el PNV ni a apoyar o sostener la gobernabilidad del PNV. Ni ninguna investidura. Vuelvo al ejemplo que le comento respecto a EH Bildu o cualquier fuerza que esté en nuestras antípodas: nosotros no vamos a dejar de apoyar una iniciativa para un columpio o similar si el PNV la ha planteado. Pero obviamente nunca plantearíamos acuerdos de calado político porque venimos a ser su alternativa, no un comodín.
Entonces, ¿cómo se explica que en Europa Ciudadanos y el PNV compartan grupo conjunto?
Bueno, esa circunstancia se ha dado. También en el 2014 compartíamos grupo con el PDeCat y ahora mismo el PDeCat está fuera. Pero el PNV está dentro y Ciudadanos está dentro. Ya sabe cómo funciona la dinámica parlamentaria europea: los partidos se agrupan por afinidades ya no tanto ideológica sino de otro tipo. En cualquier caso, aspiramos a que quizás en otro momento no estemos en el grupo con el PNV o que el PNV no esté en el mismo grupo de Ciudadanos.
Más pactos. ¿Y con los socialistas?
Nosotros, como decía al principio, aspiramos a liderar una alternativa constitucionalista y aspiramos también a que el PSE-EE deje de ser el comodín en el que se apoya el PNV para aprobar absolutamente todo a cambio no sabemos muy bien de qué. No queremos pensar a cambio de qué. Aspiramos a que el PSE-EE vuelva a ser un partido que respete la Constitución y un partido que aspire a derrotar al PNV y no a acomodarlo en las instituciones. Que no haga lo que está haciendo en este momento: que es sostenerlo en el poder.
¿Cuál será su primera iniciativa en caso de resultar elegido en las Juntas Generales?
La primera decisión que nosotros tomaríamos en las instituciones sería instar a todos los ayuntamientos de Álava a aprobar iniciativas de memoria y de convivencia para recordar a las víctimas del terrorismo. Ahora mismo, de los nueve municipios en los que ETA en Álava ha asesinado sólo uno, que es Vitoria, recuerda de alguna manera a nivel simbólico, con placas, a las víctimas del terrorismo. Nosotros, cuando tengamos representación, instaríamos a que los ayuntamientos recordaran a las víctimas del terrorismo. Es una medida de carácter simbólico pero muy efectiva para asentar la convivencia de cara al futuro en el País Vasco.
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