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La pesca industrial de atunes al sur del archipiélago fuerza el amarre del 80% de los artesanales canarios

Asistentes a la reunión celebrada este martes en Presidencia del Gobierno, en Santa Cruz

El Diario Agrícola

Santa Cruz de Tenerife —

El Gobierno de Canarias, con la presencia en la reunión del presidente Fernando Clavijo, y representantes de los pescadores en las islas, sobre todo de los atuneros artesanales, han denunciado este martes que los cerqueros industriales que operan en aguas de Senegal, Mauritania y Cabo Verde, o en las internacionales cercanas a esos países, impiden la llegada de los túnidos (especies migratorias y pelágicas, principalmente de la especie tuna -Thunnus obesus-) a zonas de pesca de las islas, donde ese recurso es el más valioso para su flota, con hasta 10.000 toneladas de capturas en 2016.

Esa situación en alta mar ha provocado, según fuentes del sector extractivo local y del Ejecutivo autonómico, que el 80% de los barcos que se dedican a la pesca del atún en las islas estén hoy en día prácticamente amarrados, lo que a los pesqueros artesanales de mayor eslora (con barcos de más de 12 metros) puede generar hasta 80.000 euros en pérdidas por embarcación.

El presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Las Palmas, Gabriel Jiménez, ha informado este martes, tras reunirse con el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que hay entre 14 y 18 atuneros industriales y congeladores que antes estaban en el océano Índico y ahora operan al sur de Canarias, donde han desplegado entre 500 y 600 objetos que atraen hasta 800 toneladas de atunes (la especie tuna), según se recoge en un despacho de la agencia Efe.

Ello provoca que la ruta migratoria de esa especie de túnidos hacia Canarias, el que más se coge en esta época en aguas de las islas, se vea entorpecida, ha alertado Jiménez, que también ha pedido a Clavijo, como presidente de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), que inste a la UE y también al Gobierno español a que se controle ese tipo de pesca insostenible, que, a su juicio, es dañina y mala para la conservación de los recursos pesqueros en el océano.

“Uno de los problemas que tiene sin dormir al sector atunero local es la falta de pesca que hay en Canarias a día de hoy”, ha subrayado la misma fuente, que, como solución a corto plazo, ha propuesto que se otorgue una cuota de 1.600 toneladas de atún blanco (barrilote o bonito del norte -Thunnus alalunga-) para Canarias, una de las especies de túnidos, entre septiembre y noviembre. Esta sugerencia ha sido respaldada por el Gobierno canario.

La idea de disponer de esa subcuota de barrilote guarda relación con que tal especie no se puede capturar con el sistema de objetos concentradores, lo que la identifica como el único atún de interés comercial que puede ser pescado este año en las islas si no se deja subir el cardumen de tuna, la pesca bloqueada por la flota cerquera.

La pesca del barrilote, también sujeta a cuota en España, como el atún rojo, quizá no se pueda realizar porque esta sería a partir de septiembre, cuando ese atún baja hacia el sur. Mucho se teme, y de ahí que se pida una subcuota para Canarias, que en la actual costera del bonito del Cantábrico todas las capturas posibles se completen, con lo que las islas, pese a tenerlo en sus aguas en otoño-invierno de este 2018, no puedan capturarlo. Es poco probable que se acepte una subcuota para las islas, algo que sí está establecido, aunque muy poco, para el caso del atún rojo (Thunnus thynnus).

Jiménez ha explicado este martes que no se ha capturado prácticamente nada de ese atún en Canarias, de barrilote, mientras que en el País Vasco “hay una pesca bestial” (en estos meses funciona la costera del bonito), lo que podría ocasionar que se extinguiera la cuota a escala nacional en solo un mes, antes de que ese atún, el bonito del norte (barrilote en las islas), llegue a Canarias en su camino de retorno hacia el sur. Esto sería “muy perjudicial”.

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, ha dicho que la semana pasada envió una carta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y a la Comisión Europea en la que solicita que se prohíba de forma temporal y como previsión el empleo de aquel tipo de pesca masiva, la de cerco industrial con objetos concentradores, una actividad que perjudica a Canarias, la flota de bandera española en las aguas del Atlántico oriental.

Quintero, también presente en la reunión, pidió un informe pormenorizado basado en datos sobre ese tipo de pesca y reclamó medidas temporales por parte de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) debido a la utilización en la mencionada actividad extractiva de objetos concentradores de cardúmenes (la especie tuna admite esta forma de pesca, similar a la canaria de manchas, lo que no ocurre con el bonito del norte o barrilote, que no se agrupa).

Según explica el Gobierno canario en esa carta, existen evidencias científicas que sugieren que los dispositivos utilizados por las flotas pesqueras que operan en aguas cercanas a Senegal, Mauritania y Cabo Verde afectan a la dinámica de los bancos de atunes, actuando como una barrera contra sus movimientos migratorios naturales, en este caso del sur hacia el norte de Europa, que es cuando se capturan en las islas.

Ese método mata a todo tipo de pescado, por lo que no es selectivo, sostenible ni artesanal, ha criticado el consejero, que ha cuantificado las pérdidas para los pescadores de Canarias en millones de euros en comparación con el valor de las capturas de 2016, con 10.000 toneladas en descargas.

Para el Ejecutivo regional “existen, por tanto, motivos fundados para suponer que tales prácticas han llegado a afectar en la presente campaña de pesca al comportamiento migratorio de los túnidos tropicales habituales en el área de Canarias”, principalmente el ya reseñado.

Por esta razón, Narvay Quintero, que se reunirá este miércoles con responsables del Ministerio, ha mostrado su preocupación ante el hecho de que el comportamiento migratorio de los atunes pueda estar siendo alterado “gravemente” por flotas pesqueras que utilizan objetos flotantes para dirigir los atunes hacia las redes e impedir así su llegada a Canarias.

El consejero canario ha resaltado que la pérdida de capturas de atún constituye un verdadero desplome de ingresos que afecta directamente a una flota de más de 200 embarcaciones pesqueras, tradicionalmente dedicadas a la pesca activa de túnidos en Canarias con caña, anzuelo y cebo vivo.

En la carta enviada al Ministerio, también recuerda que la tradición de la pesca de túnidos con caña y liña de mano entre los pescadores canarios es centenaria, muy selectiva y de reducido impacto ambiental. Este sector ha conservado su capacidad en términos de arqueo al menos desde principios del decenio de 1970.

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