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Consultando en el diccionario de la RAE de la Lengua, comprobamos que define el término “caballo de Troya” como “persona o cosa que se introduce en una colectividad o en un proceso con la intención oculta de causar algún perjuicio”. ¿Les suena esta expresión de algo? Pues nosotros creemos que bien podríamos aplicársela a Emiliano García-Page, dada su insistencia en criticar una y otra vez a su partido y a la vez dorarle la píldora a su adversario político, el Partido Popular.
Después de las elecciones en Galicia, del pasado 18 de febrero, el presidente castellanomanchego ha soltado una de sus cargas de profundidad, a las que nos tiene acostumbrados, afirmando sobre los resultados electorales que “si el PP hubiera perdido la mayoría en Galicia, el ganador era Puigdemont. Me alegro de que no haya ganado Puigdemont”.
El señor Page nos lo pone a huevo pues se le entiende todo, dado que su alegría es inmensa con la victoria del PP por tierras gallegas. ¿Es que no quería que el Partido Socialista de Galicia hubiera formado gobierno autonómico con el BNG? Todo indica que no, él no quería, de ninguna manera, que los gallegos y gallegas tuvieran un gobierno de progreso, y está encantado con la mayoría absoluta de su amigo Alfonso Rueda (PP).
Se ha esmerado mucho en no criticar al Partido Popular y a sus dirigentes, no sea que pierda su buen nombre con estas rancias amistades de la derechona
La verdad es que los comportamientos hablan por sí solos, pues al inquilino del Palacio de Fuensalida no se le ha visto en la campaña electoral gallega acompañando y apoyando al candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, por mucha solidaridad que le manifieste Page a toro pasado.
Tampoco le hemos oído, en los últimos días al presidente de Castilla-La Mancha criticar la hipocresía del PP y del señor Feijóo, presidente de los populares, cuando se ha sabido que tuvo conversaciones con los dirigentes de Junts para pedirles el apoyo a su frustrada investidura del pasado verano y ofrecerles un indulto condicionado a cambio de esos deseados siete votos. García-Page ha estado muy calladito en este asunto y se ha esmerado mucho en no criticar al Partido Popular y a sus dirigentes, no sea que pierda su buen nombre con estas rancias amistades de la derechona.
El señor Emiliano, una y otra vez, muestra su deslealtad con el PSOE, que todavía es su partido político, olvidando continuamente que las discrepancias se hablan en los órganos socialistas y no “disparando” sus malévolas críticas delante de las “alcachofas” y cámaras de cadenas amigas. Todo indica que Page va haciendo méritos para que actúe, de una vez por todas, la comisión de conflictos y garantías de la calle Ferraz de Madrid, ¿a qué esperan?
La alegría que manifestó García-Page con el resultado de las elecciones en Galicia es una enorme provocación que no puede quedar sin respuesta. Todo indica que a este “caballo de Troya” nadie puede pararle los pies, pero ya es hora que deje de trotar, cabalgar y relinchar. ¿A qué esperan los verdaderos socialistas?
*El Colectivo Puente Madera está formado por Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.
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