Vox se hace de rogar a la hora de negociar los presupuestos en Andalucía
Sine die. La reunión para negociar los presupuestos andaluces de 2021 entre Vox y la Consejería de Hacienda y Financiación Europea sigue en el aire. De momento. El encuentro acordado en un principio para el pasado jueves se trasladó a este lunes aunque sigue sin celebrarse. “Y no hay ninguna fecha acordada”. Hay que esperar a que “se alivien un poco las tensiones. No es teatro político, existen”, resaltan fuentes de Vox a este diario.
La formación liderada por Alejandro Hernández en Andalucía aplazó el encuentro con el equipo del consejero Juan Bravo por motivos de tiempo. “Esa ha sido la razón y no otra”, apuntó escudándose en la celebración del Debate del Estado de la Comunidad. Sin embargo, de su comparecencia se desprendió que la causa era una muy distinta. Las palabras del líder del PP, Pablo Casado, durante la moción de censura presentada contra el Gobierno de Pedro Sánchez, escocieron en el partido de Abascal.
La Consejería no informa sobre las reuniones de trabajo con los distintos grupos parlamentarios aunque estas se han ido sucediendo en las últimas jornadas. El viernes pasado fue el turno del PSOE-A y desde Adelante Andalucía confirman que se están ultimando los detalles. Ambas formaciones apuntan, sin embargo, que son reuniones “a nivel informativo” y que desconocen los detalles del borrador del presupuesto que tiene el Gobierno de PP y Cs en mente.
Bravo siempre ha agradecido “la voluntad” del resto de partidos para poner en marcha las cuentas andaluzas del próximo año. Ahora las negociaciones con Vox están en el limbo a pocos días de la fecha límite para la presentación del proyecto de ley de Presupuestos según el Estatuto de Autonomía (31 de octubre). “Los plazos previstos no cambian”, apuntan fuentes de Hacienda para despejar un posible retraso.
La Junta tiene como objetivo hacer un “presupuesto de todos”, como apuntó el portavoz del Ejecutivo, Elías Bendodo. Se busca aprobar las cuentas en “tiempo y forma” y por unanimidad. El esfuerzo que el Gobierno de coalición tendrá que hacer para conseguir el respaldo del bloque de la izquierda está asumido por parte de PP y Cs. Ahora Vox pone otro obstáculo a salvar, pero ¿de cuánta dificultad?
Sin alternativa
El Gobierno andaluz quiere mantener la actitud conciliadora que exporta desde su llegada a San Telmo. Bravo busca que los distintos partidos se pongan de acuerdo para paliar las consecuencias de la pandemia. Las cuentas superarán los 40.000 millones, un 3% más que en 2020. “El mayor presupuesto de la historia de Andalucía”, anunció el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno.
Pero, a pesar de que Casado aparentemente se ha alejado de Vox, la coalición de PP y Cs en Andalucía sabe que la formación de extrema derecha es “parte esencial” en el nuevo contexto político de Andalucía. Así lo dijo Bendodo el pasado martes: “El cambio en Andalucía tiene tres patas”, refiriéndose a Vox. Incluso Hernández presume de ello y lo recuerda con cierta frecuencia. Aún así, desde el Gobierno insisten a su socio parlamentaria y aseguran que Moreno no vería “razonable” la oposición a los presupuestos y menos en tiempos de crisis sanitaria.
Precedentes
Los vaivenes de la extrema derecha no son una novedad a la hora de respaldar las cuentas autonómicas. La aprobación de los actuales presupuestos también tuvo sus dimes y diretes. Al final salieron adelante con los apoyos de PP, Cs y Vox. Entretanto los de Hernández hicieron una enmienda a la totalidad del proyecto e impulsaron 35 medidas –entre las que se encontraba la creación del “teléfono de violencia intrafamiliar” o el refuerzo de las medidas de seguridad en los centros de menores no acompañados– que fueron aceptadas por el Ejecutivo. Vox apela a “tensiones” para sentarse a negociar los presupuestos, pero sabe que no tiene otra alternativa. Mientras, seguirá amagando y presionando.
“No es la primera vez que Vox utiliza esta estrategia”, dice el portavoz de Hacienda de Adelante Andalucía, Guzmán Ahumada. La vacilación de la extrema derecha es para Ahumada “una oportunidad” para probar otros apoyos en las medidas presupuestarias, pero resalta que el Ejecutivo andaluz “depende de la llamada de Abascal”. “¿Hasta dónde está dispuesto PP y Cs a llegar en sus concesiones a Vox?”, se pregunta.
Por su parte el PSOE-A ha acudido a las negociaciones con Hacienda con “total voluntad de diálogo”. Quieren ser “una opción útil por el bien de los andaluces y andaluzas”. Sin embargo, su portavoz en el ramo, Antonio Ramírez de Arellano, ha destacado que Andalucía “no se merece estar condicionada la voluntad de la ultraderecha”.
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