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“Nunca creí que mi nombre estuviese en los títulos de crédito de una película de Hollywood”

Carmen Asensio trabajando en su peluquería.

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Carmen Asensio, Mazo, Tigalate de Abajo. Comenzó su trayectoria profesional como maquilladora y peluquera de salón hasta llegar a ser jefa de departamento de maquillaje y peluquería en cine y televisión. Durante estos 26 años en la profesión han sido muchos los programas en los que ha participado, destacando el trabajo realizado para Disney Chanel o series tan conocidas como El barco, Los hombres de Paco, Compañeros, más que amigos, etc. Actualmente gestiona su propio salón de belleza en el que ha incluido espacios de arte y cultura y cada poco tiempo siguen contando con sus habilidades para trabajos en el cine, como ha sido la participación en el equipo de rodaje de la película de Marvel Wonder Woman, una súper producción de Hollywood que llegó hasta Canarias para rodar parte de sus exteriores. Incansable trabajadora, optimista siempre, innovadora y creativa, esta mujer mazuca ha sido nominada a Mujer Destacada del año por el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane 2020. 

¿En la participación en el rodaje de Wonder Woman 1984 has visto un sueño cumplido?

Sí, claro, nunca creí que mi nombre estuviese en los títulos de crédito de una película de Hollywood. En esta profesión siempre lo tuve presente como una de mis ilusiones recurrentes, llegar a ser parte del equipo y ver mi nombre en la pantalla grande es todo un sueño cumplido que muchos profesionales que nos dedicamos a este medio siempre hemos tenido.

Aprovechando el lenguaje de cómic, ¿qué súper poder consideras tú que tienes?

Creo que, recapitulando toda mi vida, el mío es ser Ave Fénix, resurgir de mis cenizas es algo que llevo haciendo desde siempre. Mujer Maravilla hay muchas, yo me he ido encontrando con ellas a lo largo de mi camino y cada una de ellas emanan valores dignos de súper poderes.

En la película se reflejan envidias femeninas. ¿Crees que esto sigue alentando rivalidades en lugar de sororidad?

Si lo vemos fríamente y extrapolándolo a la vida real sí, pero si lo veo desde la profesión y que no deja de ser un cómic y en los cómics siempre hay antagonistas que al principio parecen buenos y al final por sus propias carencias se convierten en malos, y si además pensamos que la maldad no tiene sexo y en esta segunda entrega le tocó lidiar con las carencias de una mujer, quizás así lo podamos ver como una historia más. Ya lo hemos visto con El protegido, por ejemplo, donde son dos hombres los rivales que comienzan siendo amigos y las carencias de uno, son lo que lo convierten en el malvado de la historia. En el caso de esta entrega de Wonder Woman, la mala es una mujer, aunque no estaría mal que, para futuras entregas, la unión de dos súper mujeres diera como resultado la suma en favor del bien y con ello nos viéramos reflejadas las mujeres como ejemplo de sororidad.

Después de haber trabajado en diferentes ámbitos tanto en la isla como fuera, ¿te queda algún sueño más por cumplir o te sigues reinventando?

Yo pienso, creo, estoy convencida que hay que reinventarse continuamente y más en los tiempos que corren, yo me sigo reinventando cada día y cada día cumplo todos mis sueños. Tan sólo con poder abrir los ojos cada mañana ya siento un sueño cumplido. Para mí es muy importante porque pasé una época en que no los quería abrir y ahora he conseguido valorar cada día que los abro. Ver llover, o que hace sol, encontrarme, reconocerme, ver a mi hija y a su pareja, a mi nieto, y la gente que quiero, eso para mí es un sueño que voy cumpliendo. Va más allá de cualquier satisfacción o reconocimiento profesional. Esos llegan con el esfuerzo, el trabajo y la humildad. Pero conseguir abrir los ojos cada día, no depende sólo de mí, es un sueño que se me está cumpliendo a diario.

¿Cuál es la mayor dificultad técnica que has tenido trabajando como maquilladora?

Empezando porque en mi trabajo es importantísimo adaptarse a las circunstancias. Porque no siempre estarás en un salón de peluquería donde tienes todo a mano y es agradable trabajar. Los rodajes también son en el exterior y con el clima que te toca, calor asfixiante, frío de nieve, etc. Para mí lo peor es que se me congelen las manos del frío y no poder realizar mi trabajo tan minuciosamente como me gustaría. Te tienes que adaptar a esos lugares y conseguir el mejor resultado posible.

¿Qué personaje destacarías con el que hayas trabajado que te haya dejado huella?

He tenido la suerte de conocer a mucha gente maravillosa, me viene a la mente Juan Diego Ruiz Moreno cuando trabajamos en la serie Los hombres de Paco, el hacía de suegro de Paco. Se le diseñó su personaje y era tan profesional que cuando le tocaba cortarse el pelo porque estuviese rodando en paralelo otro personaje, llamaba antes al equipo para preguntar si su corte de pelo iba a influir en el personaje de la serie. Era una humildad profesional que no siempre te encuentras. Carmen Elías es una mujer que no la he olvidado nunca por la buena sensación que me produjo, educada, cercana. María Isasi, hija de Marisa Paredes y del director de cine Antonio Isasi- Isasmendi, ella también es de esas personas que te dejan un buen sabor de boca cuando trabajas con ellas. Adriana Ozores, Chenoa, Carlos Vives, Juanes, son algunos de los artistas con los que he trabajado y que me vienen a la mente por su buen hacer, por profesionales y cercanos. Personalmente me emocionó mucho conocer a Sara Montiel y a Concha Velasco, esas grandes artistas españolas que para mí eran palabras mayores, llegar a conocerlas era un privilegio que me regaló esta profesión.

¿Cuál es el trabajo con el que más has disfrutado?

Yo disfruto con todo lo que hago, ahora mismo se me viene a la cabeza el maquillaje a los Reyes Magos estas pasadas Navidades en Mazo, la cara de ilusión que se les queda a los niños llena de alegría y satisfacción. Son muchos los trabajos con los que he disfrutado, pero sin duda la magia en la cara de los niños no tiene precio.

La Villa de Mazo siempre se ha distinguido por el arte que emanan sus vecinos, desde la música, escritura, las alfombras… ¿Qué te llevaste de mazuca a Madrid y qué añorabas?

Me llevé las manos de las bordadoras macenses, porque Mazo también se distingue por tener buenas bordadoras y el arte en la pintura, de Mazo era el conocido pintor Gregorio Toledo y quizás me llevé ser capaz de apreciar la belleza del arte. Pero si algo me lleve forjado fue un carácter palmero y mazuquero, y añoraba mucho poder levantar la vista y ver el mar, llegué a sentir la soledad que da vivir en una gran ciudad y aunque estuviera rodeada de mil personas sólo oyes las pisadas de tus propios zapatos. Eso difícilmente te ocurre en sitios pequeños.

Y para finalizar, ¿qué le dirías a una adolescente de esta isla sobre cumplir sus metas?

Hay que salir de la zona de confort. Da miedo, porque esto aquí es pequeño, es una isla y te brinda una cierta seguridad que fuera no lo tienes. Fuera eres uno más entre un gran montón. Reunir el valor para salir de tu zona de confort y arriesgarte. Tesón en todo lo que te propongas y un constante aprendizaje. Empezar todo lo que te propongas con toda la humildad del mundo y seguir siempre con esa misma humildad durante toda esa trayectoria por muy alto que puedas llegar profesionalmente hablando, porque esa humildad te hará más grande todavía. Y si algún día deciden regresar, continuar con sus sueños, aunque cueste un poquito más por las distancias.

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